SIEMPRE AMIGOS

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Al llegar a la casa entro dejando mi bolso en la mesa de la sala, los niños suben a sus habitaciones y enseguida tomo el celular para enviarle un mensaje a Manuel.

¡Llegamos bien! – Me siento en el sofá – te voy a esperar en el despacho ¿ok?

Ya casi terminamos aquí – me responde – entonces ahí nos vemos.

Estando en el despacho me siento frente a la computadora y buscando unos documentos de trabajo encuentro unas fotos de nuestra boda que descargue hace un tiempo de un tweet que hizo una fan.

Me apoyo en la mesa como pensativa y comienzo a pasar las fotos con la mano izquierda contemplando cada una de ellas, después salen unas fotos de los dos junto a los niños y suelto un gran suspiro al recordar la ternura con la que miré a Manuel en ese momento.

En ese momento Manuel abre la puerta - ¿Y esa sonrisa? ¿Qué estás mirando con tanta ilusión? – Trato de quitar la foto, pero él se acerca sin darme tiempo.

¿Viendo nuestras fotos? – Me mira con una sonrisa curiosa en el rostro – Estaba buscando algo del trabajo y las encontré – suelto un suspiro - ¡Qué bonita foto! – coloca su mano en mi hombro.

¡Sí, lo es! Tenemos muchas fotos muy lindas de buenos momentos – le busco una foto que pase antes - Como esta, mira – volteo a mirarlo con una sonrisa.

Él se acerca un poco a la pantalla para observar mejor – es muy buena esta foto ¿Quién la tomó? – Dice sin dejar de mirar la pantalla – Chanty la tomo en año nuevo, es mi favorita de ese día.

Está muy linda – sonríe aún sin despegarse de la pantalla – es nuestra primera foto de este año, siento que transmite lo que somos como familia – veo como deja salir un suspiro – pero vamos, despégate de la pantalla o ya estas anciano que tienes que hacer eso para tener mejor visión.

¡Lucero! – Se aleja y me voltea a ver - ¿qué me quieres decir? – Me muerdo los labios para ocultar mis ganas de reír y me levanto quedando frente a él – A quien le quede el saco que se lo ponga.

Camino hacia un cajón que está detrás de él, soltando una carcajada– Pues ninguno de los dos es un jovencito – dice sarcásticamente con una leve sonrisa – Me estás diciendo que...Manuel soy 11 años menor que tú. Eso me hace más joven.

En fin... haré como que nunca dijiste eso! – Extiendo mi brazo dándole un documento - ¿Y esto qué es? Si ya te firme el divorcio – él sonríe y yo sin creer que dijo eso – ¡Manuel! Con que ahora bromeas con eso – extiende su brazo para tomar el cartapacio – si tú bromeas con la edad, yo puedo bromear con el divorcio – responde.

NARRA MANUEL.

Abro el cartapacio que trae un documento de la escuela de Joss - ¿tengo que firmar? – le pregunto a Lucero que se quedó un poco sería, me mira y suelta un suspiro – Es un permiso para que Joss pueda jugar en el siguiente partido – ella responde.

Firmo de inmediato con un bolígrafo que está en el escritorio y le entrego el cartapacio de vuelta. Ella lo toma y vuelve a guardarlo. Nos quedamos por unos segundos mirándonos en silencio que por cierto es muy incómodo - ¡Lo siento! No debí bromear con el divorcio.

No, tranquilo...supongo que eso es lo que nos queda con respecto a ese tema – me mira y sonríe levemente – Lucero, sobre lo que te comente en el auditorio. Mi intención no era hacerte sentir de esa manera, aun sabiendo que las canciones que cantaría hoy moverían emociones en nosotros.

Manuel, tenemos mucha historia y en ocasiones se nos hará imposible que esto no nos suceda. Supongo que solo es cuestión de acostumbrarnos y aprender a llevar todo esto, ¿no crees? – Con esa leve sonrisa en su rostro su mirada muestra firmeza – Pues ambos nos dedicamos a lo mismo y sabemos que en nuestro trabajo al interpretar las canciones es hacer que el público sienta las vibras de la letra y la melodía. Y al final del día Manuelito, tenemos en común algo que nos conecta más allá de la música, somos padres y habrá miles de momentos en donde se removerán emociones, pero sobre todo crearemos nuevos momentos como la familia que somos ahora.

Siempre tienes toda la razón Lucerito – le sonrió y nos tomamos de las manos – nuestros hijos siempre serán lo más importante.

Manuel, sé que te lo he dicho muchas veces...pero quiero que lo recuerdes siempre – su mirada expresa ternura – No pude haber elegido a otro hombre para casarme y ser ahora el padre de mis hijos. Ellos no pueden tener mejor papá que tú y ten eso siempre presente, sin importar que suceda. Además sé que lo haremos bien, somos un buen equipo. Antes de ser novios fuimos amigos, entonces est...

Entonces – Le interrumpo – Siempre Amigos – sonrió y extiendo el puño, ella hace lo mismo y chocamos los puños como el cierre de un acuerdo – Lucero, yo quiero hablar algo importante contigo. Antes de poder hablarlo con los chicos.

Te escucho, pero vamos a sentarnos en el sofá – Ambos caminamos en dirección a este y tomos asiento – Ahora sí, tienes toda mi atención.

Sabes que hace unos meses tramitamos la compra de un departamento – Ella asiente con la cabeza – Ayer nos dieron el visto bueno para mudarnos. El asunto es que no sé cómo vamos a manejar esto por nuestra situación.

Bueno – con la mirada da una barrida al suelo y vuelve a mirarme – te digo algo Manuelito, pienso que esto bueno. Creo que ya llegó el momento de hablar con los niños sobre el divorcio, dos meses en trámites de separación y una semana de haber firmado y el proceso ha sido tan difícil para ambos que por eso decidimos esperar el momento correcto para poder hablarlo con ellos. Pienso que el momento llegó y algo me hace sentir que cambiarnos de casa nos hará bien.

Comprendo lo que dices, pero ¿no crees que será muy impactante para ellos dos cambios a la vez? – Ella suspira y puedo notarla pensativa – Vamos a hablar con ellos mañana y dependiendo de cómo los veamos, entonces tomamos la decisión de mudarnos. Pero no hagamos todo en el mismo momento, es demasiada información por asimilar para ellos.

De acuerdo – Me responde – vamos a hacer todo poco a poco, día a día – suelta un suspiro profundo – confío en que haremos lo mejor para nuestros hijos – toma mi mano dejándola en medio de las de ella y así nos quedamos mirándonos uno al otro con ternura, como si nuestras miradas se perdieran en la profundidad del otro.

Manuel – me mira inhalando profundo y puedo notar que sus ojos se van cristalizando poco a poco – No te lo dije – baja la mirada al suelo – ¿Decirme qué? – ella voltea a verme con sus ojos aún más cristalizados – Tal vez al final no todo fue color rosa y miles de brillos, quiero que sepas que sí fui inmensamente feliz contigo y gracias por haberme amado tanto y apoyarme incondicionalmente en todo. Por dejarme amarte como no amé a nadie. Por ser un super papá en todo momento. Solo quería decírtelo.

Lucero se levanta y sale lo más rápido que pudo del lugar, solo la vi marcharse y al cerrar la puerta bajo la mirada al suelo. Quedé perplejo sin poder asimilar la forma tan repentina en que se marchó después de decirme todo eso.

Todavía No Se Ha EscritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora