NO ENCONTRÉ DE TU PARTE VOLUNTAD

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Al llegar a la casa veo las luces en su mayoría apagadas. Todo está en silencio e irradia paz en cada rincón.
Voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, dejo mi bolso en una esquina y luego me voy al jardín. Allí me quedo por unos minutos perdida en mis pensamientos hasta que escucho el sonido que provoca la puerta al ser deslizada. Volteo y veo a Manuel venir en mi dirección.

Hola - dice en casi un susurro - Te busqué por toda la casa.
¿Cómo te diste cuenta de que llegué? - le pregunto mirando al suelo.
Bajé a la cocina por algo de beber y vi tu bolso - utiliza un tono bajo - ¿Cómo estuvo la cena?
Todo lindo - suspiro - Bueno, casi todo.
¿Casi? - dice confundido.
Pensé que llegarías - digo casi susurrando.
Él suelta un suspiro y por unos segundos reina el silencio - Lo pensé al llegar a la casa, pero luego pensé que tal vez no querías que estuviera allí - dice en tono grave y un poco lento.
Honestamente una parte mí conservaba la esperanza de que llegarás, aún sabiendo que al final tal vez esa ilusión me fallaría - le respondo con el mismo tono de voz.
¿Estamos tan mal para pensar eso? - pregunta entre extrañado y desanimado.
Manuel, yo no sé cómo sentirme cuando estoy contigo - le respondo mientras miro mis manos y suelto un suspiro - Solía sentirme segura, alegre, confiada, protegida y cuando hablaba contigo sentía que todo fluía de una manera armoniosa como al juntas las notas en una melodía con las cuerdas de una guitarra. Sin embargo, en estos últimos tiempos ambos sabemos que hemos tenido episodios en donde no hemos estado bien.

Lucero - él habla - Todo empeoró desde la cena que organizaste para... - lo interrumpo - Tal vez, pero hace mucho que esto no está funcionando. Y la verdad es que no me interesa el episodio de año nuevo en Acapulco o los boletos perdidos del viaje a Europa e incluso ninguno de los momentos en que no cumpliste lo que prometiste. Sin embargo, esa cena la organice a detalle con mucha ilusión y tanto amor y tú simplemente la olvidaste.

No lo olvidé - menciona interrumpiendo - No me digas que no porque te conozco y sino lo hubieras hecho me habrías llamado o enviado un mensaje mucho antes o incluso días antes me hubieras mencionado el tema.

NARRA MANUEL...

Solo escucho la manera en que se desahoga Lucero mueve cosas en mí que antes nadie había provocado este sentir de tristeza y decepción de mí mismo al lastimar de esa manera a quién amo.

Deja tú lo que significaba la cena - ella voltea a verme y puedo ver sus ojos casi cristalizados - Compré ropa, zapatos, me maquille, me peine, me arregle solo para tí. Para que ese día mi esposo me mirará de esa forma tan coqueta, la cual me gusta en que me veas. Quería platicar, reír, quería estar contigo. Y tú simplemente no llegaste.

Y...me desmoronó por dentro Manuel, ya no puedo más y no quiero sentirme más así - Veo como lagrimas caen por su rostro - Siento que estoy escribiendo sola las páginas de un libro, en la cual su historia parece caer en decadencia.

¿Qué quieres decir con eso? - le pregunto un poco desconcertado ante su comentario - He pensado en el divorcio Manuel - me responde volteando a mirarme, en su mirada podía notar firmeza y a la vez tristeza.

Me he quedado desconcertado sin saber que decirle, cruzando miradas veo como deja caer una lágrimas que rápidamente se limpia con las yemas de sus dedos y baja la mirada al suelo. Un vacío se apodera de mi interior y una serie de sentimientos me invaden a la vez - Podríamos seguir intentando - digo en apenas un susurro - ¿Intentando qué? Lo hemos intentando una y otra vez y estoy cansada de siempre volver a lo mismo.

¿Cansada? - le digo levantándome de la banca quedando frente a ella - Esto no viene de ahora, lo he intentado Manuel pero no encuentro de tu parte voluntad. Tantas veces que prometiste cambiar tus acciones y mira al paso que vamos y todo sigue igual.

Todavía No Se Ha EscritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora