Y ahí esta Manuel, con una maleta de mano caminando hacia nosotros. Escucho la pequeña sonrisa de sorpresa que suelta Lucerito - ¡Papá! - gritan al unísono.
Manuel se detiene frente a nosotros, una sonrisa sincera se asoma en su rostro y enseguida abraza a los niños.
Les había dicho que no podía, pero aquí está - pienso.
Nuestras miradas se cruzan y no puedo evitar sonreírle.
Narra Manuel.
Lucero me mira sonriente. La conozco tanto que su expresión tan predecible reflejan unos ojos brillosos llenos de gratitud - No me mires así, sabes que no tienes que decirlo - ella sigue sonriendo, pero parpadea cambiando su expresión - Has cumplido el deseo de nuestros hijos y eso significa más de lo que cualquier palabra pueda expresar -
Me inclino un poco hacia ella y en voz baja le digo:
- No podía borrar el rostro triste de nuestros hijos desde el momento en que les dije que no vendría. No podía dejarlos así sabiendo que por alguna razón este viaje no sería lo mismo para ellos sin mí -La azafata se acerca para solicitar que Manuel tome su asiento - Lo siento, ya voy - Lucero toma mi mano - Gracias Manuelito - le doy una leve sonrisa y me voy a mi asiento.
Al día siguiente...
Narra Lucero
Abro los ojos lentamente y doy una barrida a la habitación con la mirada. El sol entra por la ventana traspasando las cortinas blancas de la habitación, la calidez acompañada del sonido de las olas se convierte en la mañana perfecta. Hace mucho no sentía un despertar tan lleno de calma y paz, la monotonía de mi vida últimamente me envuelve cada mañana que en ocasiones siento que funciono en automático.
Me estiro sintiendo la suavidad de las sábanas soltando suspiros de relajación. Luego de unos pocos minutos decido levantarme y me dirijo al balcón. Me encuentro con el cielo azul y el mar infinito en todo su esplendor - Qué vista tan perfecta - pienso.
A lo lejos veo a Joss y Lucerito jugando en la arena junto a Manuel. Esa imagen me llena de ternura.Después de tomar una refrescante ducha y vestir un hermoso vestido veraniego bajo a la cocina para preparar un café. Me dispongo para salir a la playa a encontrarme con Manuel y nuestros hijos cuando escucho el sonido de mi celular.
▪︎¿Bueno?
- Hola cariño
▪︎Buenos días Michel.
- ¿Cómo estás? ¿Cómo encontraron Acapulco?
▪︎Todo de maravilla, los niños están muy contentos.
-¿Qué hacen ahora?
▪︎Están jugando en la playa. ¿Cómo te va en tu viaje de negocios?
- Parece ir por buen camino. Te cuento cuando vuelva a México. Estoy por entrar a una reunión. ¿Te llamo por la noche?
▪︎ Por supuesto. Un abrazo, te amo.
- Te amo más. Un beso.
Narra Manuel
Veo a Lucero aproximarse con unas tazas en la mano y su sonrisa radiante - Buenos días mis amores - saluda a los niños - Buen día Manuelito - extiende su mano entregando una taza de café que agradezco - No hay de qué, lo hago con gusto - me responde sentándose en las sillas bajo la sombrilla.
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Todavía No Se Ha Escrito
RomanceDespués de 14 años de casados Lucero y Manuel sienten que su matrimonio se va deteriorando hasta llevarlos al divorcio. Nuevos amores llegan a sus vidas, pero siempre socios por sus hijos. Años después se dan cuenta que su amor no está perdido y dec...