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Era absurda la cantidad de días que el Rey había ordenado pasar a su hija dentro de la fuente del coraje, tal cual lo había señalado partieron al día siguiente sin descanso, tomando dos días completos llegar a la posta del río, donde se les unió Impa, pasaron la noche en platicas triviales para la mañana siguiente adentrarse a la brumosa y húmeda selva. Fue un camino largo, debían llegar a medio día a la fuente pero los incesantes ataques de los lizalfos electrónicos que dominaban la zona lo habían alargado hasta ya bien entrada la tarde.

Dejando a la princesa a salvo dentro de la fuente con Impa decidió dar un último recorrido para terminar de eliminar a los monstruos restantes y recolectar algunas frutas tropicales para prepara algún platillo que restableciera la energía del equipo, tal vez mezclado en brochetas o simplemente en un ponche de frutas.

Cuando volvió a la fuente era ya de noche y la princesa se había quedado dormida en el regazo de la Sheika, estaba empapada, cubierta de lodo y hojas al igual que el resto, nunca era sencillo un peregrinaje a las fuentes, siempre consumía la energía y la moral de todo el equipo.

"Rezo a las Diosas que su plegaria sea al fin escuchada, se esfuerza más que nadie" Impa tenía razón, la princesa era fuerte y decidida, no había nadie que alcanzara su resistencia pero aún así Hylia se negaba a escucharla, a veces sentía que las había abandonado a su suerte.

Pasaron los próximos seis días en la fuente del coraje, tomando pequeños descansos, limpiando el camino cuando Zelda requería tiempo a solas para recuperar la fe, ¿Como recuperar algo que se ha perdido hace mucho tiempo? Por eso Link sería egoísta, para proteger a su princesa y protegerse a ella misma.

En el sexto día la princesa se negó a dejar la fuente en toda la mañana como también parte de la tarde, estaba temblando, su piel se pintaba de un color azul por la baja temperatura corporal, no había probado bocado alguno y las plegarias no se detenían aún con sus constantes espasmos, al menos hasta el último momento.

"Desde generaciones las princesas de la familia Real nacen con un poder divino" Su voz temblaba sin mirar un lugar fijo, mientras sostenía su pecho aún con su manos entrelazadas en una plegaria.

"Un poder que solo se puede acceder atreves de la meditación y las plegarias" Sus manos bajaron a reposar con ella en el agua sin detenerse.

"Desde niña me dijeron que si era persistente la Diosa me oiría, entonces...
¿Por qué no me escucha?" El llanto inevitable de la princesa la puso en alerta, vio como golpeaba con fuerza el reflejo de la estatua en el agua borrando la silueta, Link se acercó dentro de la fuente pero Zelda se negó a salir "¿Dime qué estoy haciendo mal? ¿Por qué no me hablas?" No sabía si esto era dirigido a la Diosa o a ella misma, pero pronto miles de maldiciones salieron de la boca de la princesa, la dejo sacar sus emociones hasta que el pecho dejo de temblar y una vez cansada la saco al fin del agua sin resistencia pero con la mirada aún baja en las aguas cristalinas de la fuente del coraje.

"Tal vez es hora de tomar un descanso princesa" Intento animar Impa, mientras ella intentaba prender un fuego en tan húmedo lugar, quería que entrara en calor la princesa.

"No lo necesito, queda tan poco tiempo, pronto tendré diecinueve, la edad necesaria para subir a la fuente de la sabiduría...mi última oportunidad" El monte Lanayru, en medio año Zelda y ella partirán a la última fuente, la última esperanza de despertar el poder divino que reside en su interior, si la joven princesa no era capaz de acceder a el, ella tendría que ser lo suficientemente fuerte para derrotar y sellar a Ganon sola con la espada que doble la oscuridad, rezaba para que su fuerza lo fueran.

"Vamos princesa coma algo, además Link y yo también estamos un poco hambrientos ¿No es así Link?" La tenue sonrisa de Impa junto a la pequeña palmada en su estómago logró apaciguar un poco el ánimo, y la princesa acepto una brocheta mientras se sentaba en el suelo a lado de la fogata.

Evadiendo El Destino (Revalink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora