Evadiendo El Destino (Revalink)

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Bajó de la colina del laboratorio de Hateno, Prunia había sido muy clara con los potencialidades que ahora tenía la tableta, cada una de las runas ahora se cargaban mucho más rápido, una nueva habia sido agregada dándole la oportunidad de guardar los ambientes donde se encontraba en imágenes planas, era sin duda muy útil además de ayudarle a vincularlo con el sensor para poder encontrar algún material que necesitará específicamente pero aún con todo eso no era lo que le importaba, ahora con la runa de la cámara podría acceder a un pequeño álbum rescatado de la memoria de la tableta y rezaba por qué la imagen tomada en aquel día estuviera entre ellas como había dicho Mipha.

Además del pequeño álbum también había algunas tomadas por la misma princesa, aún tenía la esperanza de recordarla también correctamente, tal vez en algún momento debería ir con Impa para hablar de ello.

Caminó solo unos metros más tomando lugar debajo de un árbol fuera de la granja de vacas, necesitaba un momento para armarse de valor, la imagen podría desatar fuertes memorias y por un momento temía que fuera tal como Revali había dicho y descubrí que en verdad no había nada que recordar, que lo que sentía actualmente solo era una mala jugada de su memoria fracturada.

"Veo que me haz ganado jovencito" Casi salta de su sitio cuando un anciano había tomado lugar de forma cansada a su lado sobre un curioso taburete que estaba segura que no estaba cuando llegó.
"Es raro ver a un viajero por aquí, los comerciantes solo llegan hasta las caballerizas" Sus ojos se posaron en él, ciertamente demasiados interesados que otros ancianos con los que había platicado anteriormente, casi siempre los poblados tenían alguno y Kakariko estaba lleno de ellos.
"Y eres uno silencioso, espero no incomodarte"

Link negó con la cabeza, era ella quien había interrumpido aparentemente el lugar de descanso del anciano, seguro era el dueño de la granja o al menos un cuidador.
"Dime muchacho ¿Tienes tiempo para este anciano?" Link asintió un momento, disfrutaba de las charlas de los mayores sobre cómo era el reino pero no cuando hablaban de la calamidad, casi siempre era lo mismo, un día tormentoso, muerte y desesperación con ruinas.

Sin embargo el anciano no habló de ello, si no de su tiempo cuidando su granja, de la actual familia que tenía y de su fiel perro que había vivido casi el mismo tiempo que él, incluso se lo señaló desde el otro lado del cerco cuidando aún las vacas, el perro parecía estar a punto de dar su último suspiro pero aún así tuvo la fuerza para ladrar en un saludo.

"¿Cuál es su nombre?" Realmente no tenía un interés en saberlo pero después de tanto tiempo platicando se le hizo cortes agregar algo a la conversación aún que fuera una pregunta simple.

"Disculpame debí olvidarme presentarme muchacho" La sonrisa de lado que dió fue amarga pero la dejo de lado, muchos ancianos en hyrule así lo eran pero los entendía después de todo ellos vivieron los días oscuros cuando Ganon llegó y han tenido que luchar toda su vida por estos días de paz disfrazada, se sintió incluso un poco mal por qué estaba segura que cuando enfrentara a la bestia del castillo esos días oscuros manchados de carmín volverían.

"Soy Arthur Von Necluda"

Como si fuera cámara lenta Link giró su cabeza hacia la voz del anciano y lo miró con los ojos demasiados abiertos, dejó salir el aliento entre sus labios semi abiertos cuando no encuentro al anciano sentado a su lado sino a un chico pelo castaño de un mechón cruzando su rostro y ojos café afilados, esa sonrisa amarga había sido remplazada por una de lado, una demasiada peligrosa y pronto una voz vino con todo ello.

Ven, baila conmigo.

Link negó aún cuando solo fue una pequeña imagen de su memoria, definitivamente no quería estar aquí, aún si cuando volvió a ver solo era un triste anciano a su lado, estuvo a punto de levantarse, dar terminada la conversación después de todo no quería nada que ver con el caballero y su vida en el castillo fuera de Zelda, su hermana, pero la mirada grisacea del anciano fue una súplica para que se quedara y escuchará una historia que no pidió.