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Un rugido fuerte llamó su atención, terminó de derribar el último de los moblins negro para reajustar su postura, a lo lejos podía observar el mar de monstruos ser dividido a la mitad para abrir paso al enorme centaleon que se avecinaba sobre ellas.

Hace mucho que había perdido de vista a los campeones que había tomado rumbos distintos por las llanuras defendiendo los puestos de batalla y evitando el paso a los monstruos al resto de Hyrule central, pero por más que eliminaban más números salían, se multiplicaban y se volvían más fuerte, estaban cansados no sabría cuanto tiempo más lograrían aguantar en su lugar sin retroceder, sus números de tropas bajaban peligrosamente, cada vez eran más los caballeros que se miraban obligados a retirarse para un tratamiento médico, y no quería pensar en sus compañeros caídos que no habían logrado sobrevivir.

Sujetó su espada con más firmeza, a penas teniendo tiempo suficiente para pararse nuevamente delante de su princesa para bloquear el gigante mazo bestial del centaleon, sintió los huesos de su brazo derecho crujir al sentir la onda de poder expandirse desde su escudo hasta su antebrazo, pero aún así logró empujar el golpe y sacudir con rapidez el brazo para intentar minimizar la sensación adolorida, este centaleon no era normal, no era como los que se enfrentó con anterioridad ni mucho menos como el del Monte Trueno, su piel era gris con franjas moradas y barba grisácea, sus ojos afilados de ese tono rosa repugnante de malicia que empezaba a contaminar más Hyrule corría atreves de esas asquerosas venas, incluso podía verlo extrañamente sonriente, anticipando una victoria que Link no le daría el gusto de conocer.

Zelda se apartó lo más que pudo de la zona, intentando dar más espacio y margen de movimiento a su caballero, en otra ocasión se hubiera refugiado con Impa o bien huido de la zona dejando pelear sin preocupacion alguna a su caballero, pero hace mucho que la Sheika se vio obligada a socorrer en las primeras líneas de defensa, no podía hacer más en ese momento, tampoco sería prudente correr de un lado a otro entre tanto mar de monstruos solo se pondría en un peligro inminente y dificultaría la tarea de Link, así que simplemente se escondió detrás de un árbol de manzano rezando a las Diosas por ser más útil, a Hylia por despertar ese poder escondido en ella, que se rehusaba a tomar su llamado y poder ayudar a su hermana.

Link contemplaba de reojo a su princesa cada ciertos segundo asegurándose de su estado para intentar contraatacar pero siempre era fácilmente esquivado por la bestia, pasando de la defensiva a la ofensiva en un momento, el fuego morado que salía de su fauces tenía un mayor rango que los otros de su clase, sus flechas corrompidas quemaban con solo un ligero roce manchando su piel de negro, y ya había contemplado el poder de ese mazo rompiendo con demasiada facilidad las rocas a su alrededor, estaba bastante segura que un golpe de esa bestial arma la mandaría directamente con Hylia, tenía que ser más rápida que esa cosa, no tenía opción, debería jugar a la segura, esquivar cada ataque en la espera de que abriera su defensa y poder contra atacar, aún cuando le tomara demasiado tiempo, pero si Zelda se mantenía segura en ese sitio podría lograrlo.

Bailó con el Centaleon por unos minutos, contra atacó solo un par de veces, pero no logró ni hacer retroceder a la bestia, sus cortes no se marcaban en su piel, ni un solo gruñido de dolor le había provocado mientras ella cada vez estaba más cansada, su respiración se había agotado en el intento en vano de seguir el ritmo, su piel estaba quemada y magullada junto a su ropajes que cada vez más la protegían menos, ¿Cuánto más lograría seguir ese ritmo?

Vió a Zelda voltear preocupada hacia ella , sus ojos abiertos con horror y preocupación ¿Tan mal estaba? No podía permitir que hiciera algo tonto, respiró profundamente mientras se limpiaba lo que debería ser su propia sangre mezclada con sudor y humo de la batalla de su frente apartando con rudeza el flequillo que se pegaba con terquedad entre sus ojos, no debió haber permitido que creciera tanto, reajusto su postura con más firmeza y soltó un gritó de batalla para cargar contra el centaleon si la defensa no ayudaba solo le quedaba confiar en su fuerza de ataque para ganar.

Evadiendo El Destino (Revalink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora