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Había pasado un par de semanas desde la noche en que fueron emitidos los anuncios por el Rey y haciendo valer cada una de sus palabras cada día en lugar de entrenar en los campos de adiestramiento era enviado junto a los demás campeones a las primeras filas de batalla alrededor de las llanuras de Hyrule como fronteras entre regiones a enfrentar las incesantes oleadas enemigas, por suerte era algo que podían manejar aún con cierta facilidad, en la mayoría de los casos se trataba de bokoblins o lizalfos de fuerza media siendo comandados por moblins, habían estado saliendo ilesos en cada batalla, y regresaban al castillo justo por la tarde para terminar con sus actividades pendientes que casi siempre era escoltar a Zelda a orar al santuario interno del castillo o la estatuilla de la Diosa Hylia en la capilla principal.

Por la noche todos procuraban cenar juntos discutiendo las estrategias de batalla o las dificultades que enfrentaron en el campo de batalla, aún que había ocasiones en donde simplemente platicaban de su día como una familia, esas noches eran las favoritas de Link, podían olvidarse por un momento de la guerra que se cierne sobre ellos y compartir momentos de calidez, podía extrañar esto fácilmente, la sensación reconfortante de estar rodeada de personas que consideraba especial para ella, si sobrevivía se aseguraría de visitar a cada uno de ellos para atesorar más momentos así.

Con Revali era un asunto a parte, cumpliendo su palabra actuó como un verdadero amante delante de todo el reino, era de esperarse con sus habilidades gramaticales, casi un actor del teatro real, tal vez podía ser su segundo oficio si algún día decidiera colgar el arco. Cuando se encontraban tomando alimentos siempre se sentaba a su lado, extendiendo con elegancia su silla para que ella pudiera sentarse, en otras situaciones cuando eran mandados a diferentes campos de batalla siempre se despedía con su suave empujón de frente rozando su pico entre su mejilla y su nariz, tardando largos segundo en separarse dejando una sensación de anhelo en el caballero, cuando las misiones se alargaban por demasiado tiempo el arquero siempre pedía un informe de su situación o estado mostrando una preocupación que lograba engañar a los diferentes capitanes o caballeros con quienes lo solicitaba.

Link no podía evitar sonrojarse con cada acción, su corazón palpitaba a un ritmo acelerado que a veces no lograba comprender del todo cuando la abrazaba con calidez por las noches después de sus beneficiosos encuentros en la cama, se rehusaba a alejarse de ese manto suave de plumas, y su cuerpo se negaba a alejarse al juntar sus frentes en cada despedida o inicios de batalla, todo ese mar de emociones eran nuevas para ella, demasiado abrumador en algunas ocasiones, tendría que aprender a limitar su sentir antes de cometer un movimiento en falso, no debía ni quería dañar a Revali.

Aún que no todo había sido tan sencillo, los primero días en que iniciaron con tales acciones su cuerpo se tensaba en automático por la invasión de su espacio personal en momentos inesperados, nunca había sostenido alguna relación sentimental con alguna persona, su experiencia en el romance era nula, e incluso podía afirmar que era el mismo caso del arquero, su incomodidad en cada acercamiento cuando le brindaba algún gesto lo delataba, mientras ella no sabía cómo responder y solo se dejaba ser en la mayoría de las ocaciones lo que más noche le reprendían por sus escasas habilidades de actuación.

"No eres tú el que está haciendo un esfuerzo sobre humano" Había dicho con mucha irritación aquella vez cuando no logro corresponder el primer beso que le dio frente a los demás campeones, solo se había quedado como estatua y Urbosa había hecho mucho énfasis en eso todo el día, esa noche durmió indignado dándole la espalda, olvidaba que su ego era muy fácil de lastimar pero ¿Que esperaba? Tener sexo por las noches era muy diferente a fingir un sentimiento romántico frente a demasiadas personas, había sido su idea, claro, pero nunca pensó en lo difícil que sería llevarlo a cabo.

Si bien ella había iniciado primero en aquel desayuno en el jardín, no evitaba que se sintiera extraño así que desde entonces había intentado prepararce para corresponder mentalmente, Siempre que sentía que Revali se acercaba imaginaba que acción haría y como deberia corresponder, cuando logro corresponder un beso, se sintió como una verdadera victoria, aún cuando casi noquea al orni en el acto, no midió la fuerza en la que se inclinó y termino con un duro cabezazo, pero era un avance, se quejo, pero no sé molestó, cuando menos pensó todo salió más natural, incluso de parte de él, su toques eran más suaves menos indecisos, y ella se encontraba correspondiendo igual, a veces aún cuando no había nadie se encontraba sujetando su mano, o recargando su cabeza en su suave hombro, en la comidad de la habitación antes de iniciar sus días, se quedaban largos minutos enredados entre sí, a veces en silencio o a veces con pequeñas charlas triviales.

Evadiendo El Destino (Revalink)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora