Tras la muerte repentina de su padre y sin ningún familiar que cuidase de ella, Link quedo bajo la protección total del Rey de Hyrule, siendo educada solo para servir al reino aún después de su futura lucha contra la calamidad.
Pero Link está dispu...
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Una voz llamó su atención, no estaba segura de dónde venía o porque creía que lo estaba llamando, hace tanto que estaba envuelta en una incesante oscuridad que ese sonido parecía una pequeña luz intentando alcanzarla en ese abismo donde estaba sumergida.
"Link..."
¿Ese era su nombre? ¿Así se llamaba? No podía relacionarlo, de hecho no podía relacionar ningún recuerdo ni emoción, sin embargo aún con la angustia creciendo en su pecho no podía abrir sus ojos, era una sensación incómoda.
"Abre tus ojos Link...Hermana..." Y como la voz lo había pedido al fin lo logró, sus ojos se movieron lento y primer parpadeo, por unos segundos todo fue borroso en una tenue luz azul que la irritaba, cerró los ojos con fuerza varias veces más para intentar aclarar la mirada.
Cuando su vista al fin se enfocó se concentró en la sensación húmeda que cubría todo su cuerpo, movió una mano sintiendo la extraña agua azul que brillaba, estaba helada pero de alguna forma agradable, sentía una vitalidad emerger de ella, con lentitud empezó a mover cada extremidad hasta que sintió la confianza necesaria para lograr sentarse en lo que parecía una bañera de aspecto extraño, entonces el agua se grenó, dejándola al descubierto.
Movió sus manos delante de sus ojos, algo parecía distinto, por alguna razón no se sentía ella misma, miró sus piernas y notó el extraño pero ajustado shorts azul cubrir su zona baja, siguió caminando hasta notar su pecho desnudo, era una chica, y no había duda, sin embargo miró la extraña cicatriz en su pecho, era grande y cubría casi toda su caja torácica, la tocó con las yemas de sus dedos sintiendo los bordes donde la piel se había reparado ¿Qué lo había hecho? ¿Qué le había pasado? Pronto como respuesta a las preguntas hechas en su mente una serie de imágenes bañadas en un azul resplandeciente cruzaron sus ojos acompañado de un dolor fantasma que atravesó su pecho y sacudió su cuerpo.
Se levantó de golpe cuando el dolor intenso acompañado de agustia se alojó en su interior no paró, sea lo sea que había hecho esa herida le provocó un terror profundo, sin embargo no logró recordar nada, su cabeza pálpito con dolor cuando intentó volver a recordar algo, cualquier cosa sobre ella, pero nada, solo oscuridad estaba presente en su mente.
Salió con torpeza de la tina, dirigió su mirada al rededor de la habitación que palpitaba de una luz azul tenue, todo era demasiado extraño, no reconocía el lugar, sin embargo algo en la esquina de la habitación llamó la atención parecía un pedestal, se acercó curiosa solo para observar algo insertado en la piedra, acercó la mano pero tan pronto la alzó sobre el pedestal un mecanismo se activó haciendo girar el centro del pedestal ofreciendo al momento una tabla con un solo ojo dibujado en el medio.
"Toma la tableta Sheika" La voz de la chica nuevamente resonaba en ¿Su mente? No estaba segura si alguien más podría oírla pero aún así obedeció y tomó la pizarra entre sus manos inspeccionado mejor el artefacto.
