Evadiendo El Destino (Revalink)

11(+18)

A un era de madrugada cuando los caballeros de la guardia real lo habían escoltado 'amablemente' de regreso a la puerta de su habitación, tuvo que hacer un gran esfuerzo para no soltar un graznido de irritación cuando lo azotaron contra la puerta, solo se limitó ha alisar su plumaje revuelto con sus propias alas mientras maldecia entre murmullos.

Una vez que lo dejaron a solas en el pasillo giró sobre su lugar y regresó a la habitación de Link entrando con la mayor cautela posible, todavía estaba dormido en la misma incómoda postura en que lo habia dejado apretando sus extremidades entre sí, subió a la cama con el mayor sigilo posible, estaba dispuesto a dormir un poco en la incomodidad de la cama, hubiera sido mejor descansar en su propia habitación sobre su hamaca pero con los perros del Rey sueltos no quería arriesgarse a ser otra vez arrastrado a una conferencia privada, ya había tenido suficiente esa noche, pero un pequeño jadeo llamo su atención, el caballero estaba apretando los ojos mientras temblaba débilmente, estaba seguro que tenia una pesadilla.

Cuando era un novato solía tenerlas muy a menudo, recordando la soledad en la que había nacido en un nido abandonado camino al monte Hebra de donde se desconocía quienes lo habían habitado, solo las alas del anciano habían dado un consuelo en aquellos lejanos tiempos y apaciguado sus propios tormentos en forma de pesadillas, pensando en eso jaló con un poco de fuerza a Link, hasta tenerlo lo suficientemente cerca para acunar bajo sus propias alas, poco a poco sintió que la respiración del rubio se regularizaba y sus espasmos se calmaban, pronto todo el cuerpo del menor se aflojó tomando una posición más serena pero sin dejar el pecho suave del arquero.

Tenerlo así tan de cerca pudo observar mejor lo joven que realmente era, dormido lucia mucha más chico e inofensivo, ¿Por que Hylia escogería a una jovencita para luchar contra la obscuridad? Ciertamente no lo entendía, pero no solo era Ganon, también la corona se cernía sobre Link, el Rey había sido muy claro hace unos momentos, si se negaba a romper el vínculo con el caballero lo mínimo que podía hacer era empujar al campeón de Hylia a cumplir con su propósito no solo con la Diosa si no con el reino, intentó negarse pero los factores no estaban a su favor, y no logró imponerse mucho menos intimidar vestido solamente con su pijama, era tan humillante la forma en que lo trataron, si tan solo hubiera tenido su arco. Aún así al menos logró ganar algo de tiempo, unos cuantos meses en lo que el Rey esperaba que cumpliera con su encomienda ¿Cómo pretendía que lograra aquello tan absurdo? No lo haría, no es un perro de la corona, ni la misma Diosa Hylia lo doblegaria, esperaba que por la mañana su mente estuviera más despejada y que a Link se le ocurriera algo, aún que por el propio bien del campeón tendría que omitir ciertos detalles de la audiencia.

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El cansancio no le permitía abrir los ojos, aún estaba cansada, quería dormir un poco más envuelta en esa cobija tan cálida y suave, se enrrollo más en ella sumergiendo su cabeza en algo más esponjoso que su almohada, eso era agradable, movió su cabeza repetidamente contra la almohada esponjosa de un lado a otro para volver a sentir la suavidad en la punta de su nariz, pero aún no estaba conforme, paso una de sus manos por debajo mientras la otra por arriba abrazando la calidez sin querer apartarse deleitándose con el cálido terciopelo.

Pero pronto los recuerdos de la noche anterior inundaron su mente, no lograba recordar cómo había llegado a su cuarto, ni siquiera recordaba lo que sucedió tras la cena, ¿Se había desmayado? Lo más seguro, entonces recordó una voz, un toque gentil y la sensación de estar rodeada por una calidez, justo como ahora.

Se aventuró abrir los ojos con cautela solo para toparse con el rostro sereno del campeón aún dormido, 'Entonces fue Revali quien...' Ya no estaba tan sorprendida no después de las muchas veces que la protegió el día de ayer, aún no lograba comprender a su compañero, pero aún así le agradecía en silencio, era obvio que había mucho más de él debajo de esas orgullosas plumas, incluso se había quedado con ella por la noche para seguirla cuidando, debía devolver el favor más adelante.