MI VECINA
El despertador suena y por mucho que quiera levantarme y apagarlo para seguir durmiendo, no puedo hacerlo, debo de levantarme para irme a clases. Estoy en mi segundo año de universidad y aunque soy española, estoy en Londres. Me pongo en pie porque como siga dando vueltas por la cama como una remolona, no voy a llegar a clases.
Me meto en el baño para peinarme, lavarme la cara y hacer mis necesidades. Me quito el pijama y me pongo una sudadera que abriga bastante y un pantalón vaquero.
Cojo una manzana y me la voy comiendo mientras termino de meter todo en el bolso.
Abro la puerta y me doy cuenta de que esta lloviendo, genial otro día más con lluvia en Londres. No es que odie la lluvia, pero tampoco me gusta que llueva casi diariamente, es como que te apaga.
Abro el paragüas y empiezo a caminar hacia mi coche, me monto dentro de el y meto la llave, pero el coche no funciona, no arranca. Le doy un golpe al volante y suelto un pequeño grito de frustración. Lo que me faltaba ya.
Escucho unos golpes en la ventana y levanto la cabeza, veo a un chico bajo un paragüas, es un chico alto, moreno y de pelo largo con flequillo.
- ¿necesitas ayuda? - pregunta en inglés, pero por el acento que le sale deduzco que es español.
- no me arranca el coche y tengo que ir a la universidad. - respondo en español.
- ¿quieres que te lleve?
- no te quiero molestar.
- pero vas a llegar tarde.
- puedo coger el autobús.
- a mi no me cuesta nada, de echo tengo que irme yo también a trabajar en coche.
- ¿seguro que no te importa?
- claro que no.
- pues en ese caso vale.
Bajo de mi coche y subimos al suyo, es un coche de alta gama y caro, así que supongo que dinero tendrá. Le pongo el GPS para que se guíe hasta la universidad.
- a todo esto ¿cuál es tu nombre? - pregunta mirándome de reojo.
- Ana, ¿el tuyo?
- Bryan.
Llegamos a la universidad y me bajo pero antes de irme, su voz me para.
- dame tú número y cuando acabes me mandas un mensaje.
- no hace falta Bryan.
- venga Ana.
Nos intercambiamos los números de teléfono y me despido de él con la mano.
Horas después...
Salgo por la puerta principal de la universidad y cruzo la cera, un pitido de un coche me da un susto de muerte. Giro mi cabeza y veo a Bryan riéndose a carcajadas.
- no te rías que casi me matas - digo subiendome a su coche.
- exagerada - dice rodando los ojos - ¿cómo te ha ido las clases?
- bien, ¿y a ti tu trabajo?
- bien, no puedo quejarme mucho.
A los quince minutos llegamos a nuestro barrio, aparca y salimos del coche.
- gracias Bryan.
- no es nada Ana.
Me acerco a él y le doy dos besos y un leve abrazo.