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Desde pequeña el fútbol siempre ha estado muy presente en mi vida ya que mi padre es muy fanático de este deporte. Siempre he sido una apasionada del fútbol pero también de la ciencia y es por eso que hice la carrera de fisioterapeuta con el fin de poner trabajar en algún club alterando mis dos pasiones. Hasta hace unos años no creía que iba a hacer posible pero hace unos seis meses que ese sueño que tenía se cumplió. Actualmente tengo un contrato temporal de seis meses, trabajando de fisioterapeuta en el Bayern de Múnich. Sólo son seis meses porque estoy cumpliendo una baja de un fisioterapeuta que lleva muchos años en el club alemán. Aunque mi sueño sería seguir aquí no sé qué pasará.
La puerta de la sala de fisioterapia se abre y aparece Musiala con una sonrisa.
- ¿me haces un mesaje en el gemelo? - pregunta.
- claro, tumbate en la camilla. - digo y este asiente mientras que yo preparo las cosas - ¿lo tienes cargado? - pregunto.
- creo que sí.
Me pongo los guantes y empiezo a tocarle suavemente la zona del gemelo donde efectivamente lo tiene cargado.
- Elena, te necesitamos un momento - me dice Oliver Kahn, presidente del Bayern.
- voy un segundo - anuncio y este asintiente con la cabeza para cerrar la puerta.
- dios seguro que me va a echar - murmuró y Musiala niega.
- ¿estas escuchando lo que estás diciendo, Elena? - pregunta Jamal - no te va a echar es más yo creo que te van a dar un puesto fijo.
- que seguro estás tú - digo rodando los ojos.
- ¿nos apostamos algo? Una cena. Si ganó yo pagas tú y si pierdo yo pago yo. - dice.
- trato.
- pues ve ya y no los hagas esperar.
Llegó a una sala donde esta Oliver Kahn, servicios médicos del club y Julian Nagelsmann, el entrenador.
- Elena te queremos anunciar algo - dice Oliver y yo suspiro.
- si me vais a echar decídmelo rápido, por favor. - digo y ellos se ríen, a lo que yo quedo confusa.
- no te vamos a echar - dice Nagelsmann.
- ¿entonces?
- te vas a quedar en el club como fisioterapeuta por unos cuántos de años - me dice Oliver y yo abro los ojos - aunque sólo si tú quieres.
- por supuesto que quiero - digo con una sonrisa de oreja a oreja.
Después de una conversación de unos cinco minutos vuelvo a la sala donde estaba haciéndole el masaje a Musiala.
