¿LO FÁCIL O LO DIFÍCIL?
- No entiendo porque hay tanta gente que no conozco en mi propio cumpleaños - le digo a mi hermana mayor.
- Natalia ya sabes como son nuestros padres, ellos invitan a todo el mundo.
- y yo no lo entiendo.
- y nunca lo vamos a entender Nat, pero no hay más remedio que aguantarse.
Cómo en todos mis cumpleaños desde que tengo uso de memoria, hay más personas invitadas por mis padres que personas invitadas por mi. Mis padres invitan a muchas personas, no conozco ni a la mayoría pero a ellos no les importa. Mientras más personas haiga ellos encantados de la vida.
Obviamente que no son personas cualquiera, sino personas de altos lujos. Y esto a mi me aburre, porque no tiene nada que ver conmigo.- hoy es tu día Natalia, así que piensa en ti.
- lo haría si estuviera en un ambiente algo más cómoda Desi.
Terminó de colocarme bien el vestido rojo que mi madre me ha comprado única y exclusivamente para la ocasión. Es un vestido precioso pero que no es necesario, no necesito un vestido caro solo necesito comprensión y el cariño de mis padres. No pido tanto.
- estas preciosa Nat.
Le doy un beso en la mejilla a mi hermana y agarro su mano para bajar al salón de la casa.
Abro la boca al pisar el último escalón de las escaleras y niego con la cabeza con una nueva de desprecio en mi rostro al ver la cantidad de gente que hay aquí. Posiblemente puede haber entorno a unas cincuenta o setenta personas.
- Natalia hija ven - me llama mi madre y yo ruedo los ojos.
Están durante más de quince o yo diría que hasta veinte minutos presentándome a gente. Intento que en mi expresión no se note mucho la sonrisa falsa, pero es que soy 0 disimulada y por suerte o por desgracia se me nota todo pero todo.
- venga a soplar las velas Natalia - me dice mi padre.
Sacan una tarta enorme de tres pisos, que en vez de tarta de cumpleaños parece una tarta de boda, y la colocan sobre una gran mesa decorada en tonos pasteles.
Al terminar de soplar las velas y pedir un deseo todos los presentes aplauden.- Desi voy a salir al jardín trasero - le digo a mi hermana.
- vale Nat.
Me siento en una silla mientras miro hacia el cielo y cierro los ojos. No me siento cómoda, esta fiesta de cumpleaños no es para mí. Estoy rodeada de gente que no he visto en mi vida.
- hola cumpleañera - escucho una voz.
Abro los ojos de nuevo y me encuentro a un chico alto y moreno.
- hola, ¿tú eres? - pregunto.
- Ez Abde - responde y yo asiento.
- ¿te han mandado mis padres para que vengas a por mí aquí?
- ¿qué? No claro que no.
- menos mal - murmuró.
- ¿por qué estás aquí sola si están todos adentro?
- no es mi lugar, no es para mí.
- ¿el que no es para ti?
- todo un poco.
- ¿pero tienes todo lo que quieres no?
- con eso no es suficiente. - digo y me levanto dejándolo ahí.