LLEGASTE PARA QUEDARTE
Trabajo actualmente en una empresa bastante conocida a nivel mundial, Vogue. ¿Quién no conoce la revista Vogue creada por Arthur Baldwin Turnure? Absolutamente todo el mundo alguna vez ha escuchado hablar de la revista Vogue.
- Mara te necesito - me dice mi madre.
- ¿para qué? - pregunto mientras voy redactando un informe.
- hay que hacer unas fotos a una persona conocida y necesito que estés a mi lado.
- mamá, hay mucha más personas aquí.
- lo sé, pero te necesito a ti.
- ¿a mi?
- si a ti Mara. Venga y no me hagas esperar que ya sabes que no me gusta.
- dame cinco minutos por favor.
- ni uno más Mara.
- okey.
Cinco minutos después como le he prometido a mi madre me pasó a la habitación donde está haciendo las fotos.
- mamá ya estoy aquí - digo.
- genial, acércate Mara.
Me adentró más en la habitación y giro mi cabeza hacia la izquierda, veo a un chico de ojos claros sentado en un taburete.
- hola - murmuró.
- hola - responde.
- ¿para qué me necesitas mamá? - pregunto.
- necesito que te pongas junto a Paulo para unas fotos.
- ¿qué dices? Ni de coña.
- venga Mara por favor.
- que no mamá.
Miro a mi madre resoplando y luego miro al chico que me mira alzando los hombros.
- está bien - digo soltando un suspiro.
- genial, entra en el vestuario que está toda la ropa.
Asiento y entro en el vestuario, miro la ropa que hay por lo alto. Unos pantalones cortos negros y una camisa blanca, me la pongo rápidamente sin entretenerme mucho porque como tarde mi madre me va a echar una buena bronca.
- estas guapísima Mara, ahora ponte ahí al ladito de Paulo.
Sonrió a mi madre y me acerco un poco nerviosa al chico que me mira con curiosidad.
Las cámaras me ponen nerviosa, por eso es por lo que suelo estar detrás de ellas en vez de delante.
Nos hacen las primeras fotos y hasta ahí todo bien.
- bien, ahora cada uno entráis en vuestros respectivos vestuarios y os ponéis lo que hay ahí.
Entró de nuevo al vestuario y me dan ganas inmediatas de salir y encararme con mi madre. Ropa interior. Quiere que me haga fotos en ropa interior con una persona que no conozco de nada.
- joder - murmuró.
- ¿te pasa algo? - escucho al otro lado de la cortina.
- no quiero salir con esto - digo.
- ¿puedo ver que es?
Abro la cortina y le enseño con lo que mi madre quiera que salga. Se queda un poco impactando pero sonríe.
- póntelo, estarás genial.
- no lo creo.
- salgo y tienes tres minutos para ponértelo, cuando acaben los tres minutos voy a abrir yo mismo la cortina.
