Capítulo 25 "Nuevo Hogar"

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Vero estaba de pie en su nueva cocina, su mirada fija en el agua reluciente de la piscina más allá del patio. El sol de la tarde se filtra a través de los árboles, bailando a través de las ondas. A pesar de que estaba tratando de salir de la sombra de sus padres y su nombre, estaba agradecida por el poder que su padre tenía. En menos de cuatro semanas, la casa era suya.

Deseaba que Ana estuviese ahí compartiendo ese momento, pero había estado fuera la última semana, atendiendo los negocios en una de sus tiendas. Aunque ella y la morena no habían pasado ni un segundo a solas desde la cena que compartieron, se habían visto a menudo. Verónica visitaba a la menor de las Gabriel con frecuencia. Pero ahora que había cerrado el trato por la casa, ahora que podía mudarse oficialmente, deseaba que Ana estuviese ahí.

-Oh, bueno...- murmuró en voz alta.

Cristian volvería a casa al día siguiente. Lo arrastraría para que saliera de compras con ella y Isabelle que se había ofrecido para mirar muebles con ella. Se negaba a contratar un decorador. Quería hacer de su casa un hogar, no un escaparate.

Su propia madre le había hablado exactamente tres veces desde que le había dicho acerca del divorcio. Las tres conversaciones habían escalado en palabras duras y enojo entre ellas, cada vez la ojiverde había terminado efectivamente la llamada colgándole a su madre. Infantil, sí, pero simplemente no podía soportar los intentos de su madre para hacerle sentir remordimiento acerca de su elección. Quería seguir adelante con su vida y si eso significa rehuir de ella, lo haría.

Cuando escuchó el golpe de la puerta de un coche, se volvió y se dirigió al garaje, que había dejado abierto. Supuso que la agente de bienes raíces había olvidado algo. Se sorprendió al encontrar a su madre de pie allí.

-¿Así que esto es a lo que te has rebajado? Esta... Esta casa es apenas lo suficientemente grande como para ser considerada dependencias de servicio.

Verónica la miró con incredulidad y luego se echó a reír cuando se dio cuenta que su madre estaba hablando en serio.

-¿En serio? ¿Realmente has dicho eso?

-Estás dejando tu elegante... Hermoso... Hogar, el cual está en uno de los más prestigiosos vecindarios de México ¿Por esto?

-En primer lugar, sí, es elegante. Pero no diría que es hermoso y sin duda no es un hogar. Esto...- dijo señalando detrás de ella- Va a ser un hogar. Y en cuanto a prestigio-sonrió- ¿Querrás decir pretencioso?

-Veo que aún no has recuperado la cordura- dijo con su habitual aire de superioridad.

-Sí, lo hice. Fue por eso que dejé mi matrimonio- se dio la vuelta para regresar a su casa- Ahora, ¿viniste por el recorrido? ¿O simplemente para menospreciarme?

-Soy tu madre. Pensé que debería ver al menos donde vas a vivir- enderezó los hombros- Es una vergüenza para la familia, por supuesto, esa parece ser tu intención.

La castaña se mordió los labios, negándose a ceder a la culpa con la que su madre era tan buena envolviéndola.

-Te daré un recorrido rápido, si lo deseas. No obstante, no necesito... O quiero... Ninguna sugerencia de tu parte. Esta será mi casa. No la tuya.

-Sé lo que estás insinuando, Verónica. Tu padre dice que he interferido en tu vida, lo que las dos sabemos no tiene sentido. Yo solo he...

-Oh, por favor- dijo ella, dándose cuenta que no le tenía más miedo a su madre- Has controlado todo en mi vida. Es tu culpa que me esté divorciando- señaló encantada de ver como su madre jadeaba.

-¿¡Cómo te atreves!?- siseó Socorro-No pongas esa culpa sobre mí.

-Es tu culpa que esté en trámites de divorcio porque es tu culpa que me casara en primer lugar. Nos presionaron a Omar y a mí, a ambos. Tú y su madre- caminó hacia adentro, sintiendo que su madre la seguía- Supongo que fue un plan ideado una tarde en algún cóctel en el club de campo.

Para Siempre...(VerAna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora