Capítulo 16 "Aclarando el panorama"

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-Fue muy bueno verlas a Vero y a ti juntas nuevamente- dijo su madre mientras limpiaban la cocina.

-¿Sí?

-Solían ser tan cercanas...

-Ma, por favor- dijo la morena- Te lo dije, es complicado.

Su madre asintió con la cabeza- Sí. Debido a que ella está casada. Lo sé.

Ana se detuvo- ¿Qué quieres decir?

-Oh, Ana, no soy estúpida.

-No sé de qué estás hablando- fingió ignorancia.

-Has estado enamorada de ella desde que eran unas niñas- declaró su madre sin rodeos.

Ana tuvo un momento de pánico. Después de todos estos años ¿Estarían a punto de tener la conversación? Jesús, tenía treinta y siete años. ¿Era realmente necesario? Bueno, no quería ser parte de eso.

Se volteó para salir de la cocina, pero su madre la llamó.

-¿Ana?

Se detuvo dándole la espalda a su madre.

-¿Qué?

-¿No crees que es hora de que me lo digas?

Ella tragó nerviosamente- ¿Decirte qué?

-Que te gustan las mujeres.

Ana dejó caer la barbilla hacia su pecho con un gemido silencioso. Por Dios. Negó lentamente con la cabeza.

-Hemos pasado mucho tiempo sin hablar de esto- dijo- No sé por qué quieres sacar el tema ahora.

-¿Por qué no has hablado conmigo al respecto?

La morena se dio la vuelta- ¿Cuánto tiempo hace que lo sabes?

Su madre sonrió- Desde Siempre. El hecho de que nunca hayas tenido citas, nunca hablabas de chicos, eso era una pista. Siempre fuiste una persona muy privada. Pero Verónica y tú...

-Ella no es gay- dijo rápidamente.

Su madre inclinó la cabeza y sonrió- Las he visto a las dos desde que tenían diez años, Ana.

-Mira, no quiero hablar de ello.

-Cariño, ¿no crees que una madre sabe cuándo sus hijos se están enamorando?

-Oh, Dios mío- murmuró sintiendo que su rostro se ponía rojo- Realmente no quiero hablar de esto- dijo nuevamente.

-Esta parte de tu vida... ¿Por qué no quieres compartirla conmigo?

La morena se encogió de hombros- ¿Por qué nunca me lo preguntaste?

-Pensé que me dirías cuando estuvieses lista. Por supuesto, seguí haciéndome mayor, tú te hacías cada vez mayor. Estuvimos evitando el tema de tu vida personal. Eso fue lo que hicimos, supongo.

-Entonces tal vez deberíamos atenernos a eso- sugirió.

-No voy a estar aquí para siempre- dijo su madre- Quiero saber que eres feliz.

-Soy feliz- dijo ella.

-No, no lo eres. Y tampoco lo es Verónica.

-Mamá, ella está casada. Eso no va a cambiar.

-La Sra. Castro era tan... Tan exigente con ella. Eras tan joven, probablemente no te diste cuenta de lo mucho que su madre esperaba de ella. Siempre se salía con la suya... Nunca le permitió ser sólo una niña.

-Lo sé. Cuando Verónica llegó a la secundaria, nuestro tiempo juntas disminuyó. Sé lo ocupada que la mantenía.

Su madre asintió con la cabeza- Ella también estaba enamorada de ti- declaró.

Para Siempre...(VerAna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora