Capitulo 11 "Veintidós años"

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-Oh Dios mío- dijo Tina Mi corazón se está rompiendo por ti.

-Fue difícil- asintió- Y mi corazón se rompió esa noche. Ella se iba a casar.

-Supongo que no fuiste invitada a la boda- dijo Daniela.

-No. Mi posición social no merecía una invitación de la Sra. Castro. ¿De verdad crees que habría ido si me hubiesen invitado?

-¿Intentaste convencerla para no hacerlo?- preguntó Tina. Ustedes estaban tan enamoradas. Es trágico.

-Las ruedas estaban en marcha. Verónica no tenía decisión en eso. Regresó a la universidad después de las vacaciones y aproveché la oportunidad para visitar a mi madre más a menudo. En cuanto me gradué sin embargo sabía que ella regresaría a casa. Su madre había pasado toda la primavera en la planificación y preparación para el gran evento- dijo.

-¿Fue entonces cuando empezaste a evitar México?- preguntó ahora Daniela.

-Sí. Una vez que Verónica regresó, nunca volví. Hablé con mi madre una semana antes de la boda y me dijo que ella tenía "el nerviosismo pre- marital", creo que fue el término que utilizó. Sus estados de ánimo iban entre no responder a ataques histéricos de llanto.

-Oh Dios ¿Por qué simplemente no les dijo que no?- dijo Tina - Es un desperdicio.

-Casi me derrumbé, casi fui con ella. Sabía que estaba sufriendo. Sabía que podía calmarla. Pero al final no me atreví a ir. La cicatriz emocional iba a ser demasiado.

-¿Seguías trabajando en Whole Foods?

-Sí. Después de graduarme, me quedé. Me encantaba. Me encantaba el ambiente. Y en ese momento, aún no tenía la menor idea de lo que quería con mi vida. Pasaron otros seis o siete años para que mi hermana se retirara del ejército y abrimos nuestra primera tienda. En aquel entonces estaba tratando de superar a Verónica y seguir adelante con mi vida. Mi carrera estuvo en un segundo plano ante todo eso.

-¿Alguna vez tuviste una novia estable?- preguntó Daniela ¿Una con quien pudieses comprometerte?

-¿Te estás transformándose en la Dra. Romo otra vez?

-¿Alguna vez fuiste a una terapia por esta situación?

Ana negó con la cabeza- ¿Estás sugiriendo que la necesito?

-Tienes casi treinta y siete y nunca has estado en una relación seria. Tu madre es una paciente de cáncer, sin embargo evitas ir a ayudarla ya que todavía temes a la mujer de quien te enamoraste cuando eras una adolescente- ella sonrió rápidamente- ¿Qué crees?

-Una vez que mi madre se retiró y se mudó a su propio lugar, iba a verla. Voy allí todavía. Es sólo que no me quedo por días como lo hace mi hermana.

-Por miedo a encontrarte con Verónica.

-Sí. No creo que eso signifique que necesito terapia- dijo.

-¿Todavía estás enamorada de ella?- preguntó Tina.

-No- dijo rápidamente, pero una mirada a sus ojos le dijo que ellas sabían que estaba mintiendo- Me he convencido que no lo estoy- se corrigió- Eso no tiene nada que ver con que nunca haya estado en una relación seria. Simplemente nunca he conocido a nadie que... Bueno, de quien me haya enamorado.

-¿Cuánto tiempo pasó antes de que la vieras otra vez?

-Casi dos años. Fue en octubre. En el cumpleaños de mi madre. Quería darle una sorpresa. Verónica obviamente, no vivía allí con sus padres, así que pensé que podría hacer un corto viaje, llevar a mi madre para una cena de cumpleaños e irme temprano al día siguiente. Tenía veintidós años...

Para Siempre...(VerAna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora