Capítulo 39 "Familia"

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Ana puso el último plato en el horno, empujándolos firmemente para conseguir que se ajustaran. Demasiada comida para siete personas, pero no había sido capaz de decidir qué ordenar. Pidió la salsa de almejas que Verónica amaba. Pidió pasta y albóndigas para los niños. Lasaña, por supuesto. Vegetales en una salsa al pesto sobre pasta cabello de ángel para ella. Fettuccini Alfredo. Dos y medio de pan de ajo bañado en mantequilla y queso. Cerró la puerta del horno, con la boca salivando.

-Huele bien, hermanita- miró las dos botellas en el mostrador- ¿Vino?

-Por supuesto. ¿Por qué no?

Ella tomó una botella, dándole la vuelta en su mano- ¿Celebramos algo?

-Tal vez.

-Te ves bien- dijo bajando la botella- Feliz...

Ella sonrió- Gracias. Lo soy.

-Al igual que Vero. Es obvio lo que sienten la una por la otra. Me alegro de que las dos lo hayan resuelto.

-¿Cómo sabías que había algo por resolver?- levantó una ceja.

-¿Pensabas que era un gran secreto el por qué evitabas venir a México?- bajó su voz- Por cierto, los niños saben acerca de ustedes así que no hay necesidad de fingir que son sólo que amigas- informó con una sonrisa.

-Bueno, me alegra saber que mi vida personal está completamente al descubierto- trató de no sentirse avergonzada.

Después de todo, Él esposo y los niños habían estado ahí el día anterior cuando se había ido por un par de horas. Su hermana se apoyó en el mostrador, con los brazos cruzados casualmente.

-¿Así que querías hablar acerca de mamá?

Ana miró hacia la otra habitación, donde Verónica y el esposo de su hermana estaban sentados charlando y su madre estaba jugando un juego de mesa con los niños. Tal vez debería tener la opinión de ella en lugar de simplemente lanzarles la noticia a todos.

- Verónica quiere que mamá y yo vivamos con ella- dijo- Has estado en su casa. Es una especie de plan de nuera de todos modos. De esa manera, ella estaría ahí para cuidar de mamá, sobre todo después de su cirugía. Las dos sabemos que estas próximas seis semanas tú y yo estaremos inundadas poniendo en funcionamiento la tienda- lo miró inquisitivamente- ¿Qué piensas?

-¿Estás segura? Quiero decir, tú y Verónica simplemente acaban de empezar. Tener una tercera persona podría...

-Sí, preferiría tenerla toda para mí y perseguirla desnuda por la sala de estar, claro que sí- respondió con una sonrisa- Pero eso no es una opción en este momento. Mamá no puede vivir contigo. Tienes la casa llena.

-Hablamos de mudarla a un centro de asistencia o algo así, lo recuerdas?- dijo ella.

-Lo sé, pero no creo que sea el momento para eso. Una vez que se haya recuperado de la cirugía, podría estar bien- miró hacia la otra habitación- Además, Verónica ya me dijo que eso no era una opción.

Su hermana sintió- Sé que se preocupa mucho por ella.

-Está más unida con ella que con su propia madre, sí.

-Entonces, ¿supongo que aún no le has mencionado esto a mamá?

-No. Pensé que podríamos hablar de ello hoy. Como una familia.

-Bueno, ya sabes lo que va a decir.

-Sí, que estará en el camino y que no quiere ser una carga y que es perfectamente capaz de vivir sola- dijo ella.

-Y sabes que si no hubiese sido por ese desmayo, creo que estaría bien viviendo sola. Las dos estamos aquí. Podríamos haberla vigilado cada día.

-Pero se desmayó- le recordó la morena- Y después de su cirugía, va a necesitar ayuda. Ya es octubre. Cuando tenga lo del inventario y las dos estemos haciendo las contrataciones y los entrenamientos, ¿qué vamos a hacer?- se encogió de hombros- Podríamos contratar a alguien, pero no hay por qué Verónica ha ofrecido su casa para nosotras. Ella se ofreció a cuidar de nuestra madre.

Para Siempre...(VerAna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora