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La luz se hizo presente y la mano apretando su brazo lo soltó tirándolo sobre algo suave

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La luz se hizo presente y la mano apretando su brazo lo soltó tirándolo sobre algo suave. Hoseok abrió sus ojos y vio una cama. Estaba boca abajo sobre una desconocida cama.

Hoseok se giró. —Taehyung-

—Desnúdate —dijo el mencionado.

Hoseok lo miró y parpadeó varias veces preocupado. Comenzó a negar con la cabeza a lo que el castaño ladeó su cabeza mirando curioso.

—H-hablemos, por favor —suplicó el pelinegro, pero sólo recibió una mueca de diversión en respuesta.

–¿Hablar? ¿De qué quieres hablar? —preguntó acercándose y, lo tomó del brazo, poniéndolo de pie de nuevo. Hoseok no podía creer que lo tomara así de suave y lo acercara a su rostro como si le gustara la cercanía, pero entonces recordaba que no lo reconocía y su corazón se apretaba dolorosamente mientras Taehyung pasaba sus labios por su mejilla—. Eres hermoso, ¿lo sabías? —susurró con voz grave y profunda en su oído. Hoseok cerró sus ojos con fuerza sintiendo las manos contraría bajando lentamente por sus brazos.

Quiso responder a su pregunta anterior:

—De como nos conocimos... para que recuerdes...

Se estremeció por completo cuando sintió la lengua de Taehyung en su cuello y luego sus dientes. Las manos de Hoseok fueron directo al pecho contrario haciendo puños en la camiseta, adolorido cuando lo mordió. El demonio lo tenía sujetado con fuerza y firmeza por la cintura.

—Sácate esto —murmuró metiendo sus manos por debajo de la ropa que tenía—. Quiero joderte. —Sus manos acariciaban su espalda seduciéndolo.

—Primero... hablemos.

—No quiero escucharte hablar, quiero escucharte gritar. —Presionó su pelvis contra la de el pelinegro con fuerza—. Quiero hacerte gritar que me detenga cuando esté dentro tuyo. —Besó sus hombro y clavículas con vehemencia. Hoseok tragó saliva.

—T-te dejaré hacerlo si hablamos.

—Joder, ¿acaso pedí tu puto permiso? —gruñó y lo agarró del brazo llevándolo hasta un mueble donde lo giró y se posicionó detrás de él. Se presionó contra él, ahora contra su trasero ignorando los quejidos e intentos de escapar. El pelinegro era menos fuerte que él y eso parecía excitarlo más.

—Por favor, Tae...

—Quieto.

—Tú no serías capaz de hacer esto. No eres así. —El castaño lo agarró del cabello llevando su cabeza hacia atrás.

—¿Y cómo se supone que soy, según tú?

—T-tú... eres dulce y tierno —murmuró cerrando los ojos, Hoseok sentía la erección del castaño sumamente duro frotándose contra él, listo para el siguiente paso.

—¿Si? —murmuró—. Tengo curiosidad... ¿Qué éramos tú y yo? ¿Amantes?

—N-no, nos íbamos a casar, me lo h-habías propuesto. —De pronto fue soltado como si su piel fuera ácido. Ahora sólo se encontraba apoyado contra el mueble por sus propias manos.

Príncipe del Cielo [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora