Príncipe del Cielo [ vhope ]

21

Taehyung no estaba para cuando Hoseok despertó, por lo que luego de dar vueltas decidió bajar a la plata baja de aquella antigua casa. Si bien se preguntaba dónde estaba no estaba tan perdido, había aprovechado para recorrer un poco el lugar.

—¿Qué haces? —Hoseok se sobresaltó al escuchar esa voz detrás suyo cuando estaba mirando un cajón. El demonio rió—. Eres un miedoso —dijo divertido caminando a otro lado.

—¿Dónde estabas? —Quiso saber con urgencia por lo tranquilo que se veía.

—¿Por qué debería responderte? —Hoseok lo siguió caminando detrás suyo.

—Porque sí, dime.

—Sigue soñando, angelito, no tengo que rendirte cuentas de nada. —Fue lo último que dijo hasta sentarse en un sillón y al fin mirarlo—. Hoy te enseñaré a controlar y usar mejor tu don —dijo recargando sus brazos en el respaldar de donde estaba sentado cuando Hoseok estaba por seguir insistiendo sobre su pregunta, pero aquello que dijo robó su atención.

—¿Por qué?

—Porque no sabes usarlo bien —respondió simplemente, Hoseok caminó a él y se sentó a su lado, cohibido, pensando en la posible razón real del porqué lo ayudaba. El castaño sólo alzó una ceja al verlo un poco inquieto.

—¿Quieres que aprenda a usarlo bien para matar a un grupo de demonios otra vez?

—Ya comienzas a conocerme mejor. —Fue su respuesta, Hoseok miró abajo, a sus manos—. Pero no me arriesgaré a que sea un grupo. Sólo uno... una. La que nos está amenazando. —Aquello lo asustó, porque había sido testigo de lo poderosa que era esa mujer.

—Pero ella es demasiado fuerte, lo sentí sin siquiera mirarla —dijo intentando ocultar su miedo.

—¿Te preocupa? Tú lo eres más —contestó tomando un mechón negro de su cabello negro y enrollándolo en su dedo, jugando, Hoseok no supo que hacer ante eso y sólo se quedó quieto—. Vamos ahora, mientras más antes empecemos será mejor.

El pelinegro pensaba negarse pero aquel tomó su mano, levantándose y en pocos segundos aparecieron en un lugar que ya habían estado antes. Un campo rodeado de árboles. Era el mismo lugar donde Taehyung decía que solía practicar. Hoseok resopló cuando el castaño no perdió ni un minuto de tiempo en comenzar a decirle consejos de lo que debía hacer.

Pasadas horas Hoseok se encontraba riendo fuerte y Taehyung gruñéndole por estar tomándose todo con gracia. Pero es que el pelinegro no podía evitar reír cada vez que tenía que practicar su don sobre el castaño porque aquel se hacía el que no le dolía nada cuando sabía bien que si le estaba doliendo.

Hoseok aumentó el dolor filoso que le estaba dando al demonio con sólo mirarlo, al propósito, pero teniendo cuidado de no lastimarlo de verdad.

—Joder, voy a matarte —gruñó Taehyung cuando Hoseok lo liberó del sufrimiento—... dije dolor agudo, no intenso. ¡Jodida mierda! —Siguió maldiciendo apoyado, adolorido y exhausto, en sus rodillas. Ambos se encontraban a varios metros distancia. Casi tenían que gritar para hablarse.

—¡Te estaba dando el dolor de una aguja! —Hoseok dijo divertido en alto mientras el otro seguía gruñendo apoyado en sus rodillas—. Creo que alguien se esta haciendo sensible y débil —susurró mirándolo reincorporarse de a poco.

—¡Te escuché! ¡¿Aguja?! ¡No soy idiota! ¡Estabas imitando el dolor de una espada cortándome en dos!... ¡Joder, y sigues riéndote! —Hoseok no podía dejar de hacerlo porque era cierto lo que decía y el demonio había fingido todo ese tiempo que no le dolía mientras apretaba con fuerzas sus dientes—... Ven aquí —ordenó más recuperado.