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No dejaba de gemir y jadear cada vez que entraba y salía de él

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No dejaba de gemir y jadear cada vez que entraba y salía de él. Era como si se deshiciera por la sensación, como si no conociera algo más placentero que eso. Por un momento Hoseok creyó que lo tenía en sus manos.

—No te contraigas. Joder. —Hoseok lo hizo gemir haciéndolo de nuevo, lo apretó más con sus paredes. El demonio no resistió mucho y terminó viniendose dentro suyo, luego lo azotó haciéndolo gemir a él esta vez como si fuese un castigo, aunque no se sintió para nada así. Lo hizo dos veces más como si se hubiera dado cuenta de lo que le producía. De que le excitaba.

—¡Para ya! —soltó el pelinegro que se encontraba boca abajo de él, agotado. El demonio rió y salió de su apretado agujero, mordió sus labios por la sensación.

—Joder, eres ilegal —masculló y comenzó a besar de su espalda a su trasero de forma placentera—. Estoy agradecido con mi Yo humano por enamorarte, y hacerte completamente mío. —Hoseok cerró los ojos por un lado dolido con esas palabras claramente superficiales y por el otro excitado al sentir su húmeda y caliente lengua una vez más comenzar a lamer su entrada.

—Para ya —murmuró Hoseok—. Estoy cansado.

El demonio volvió a reír pero esta vez se alejó levantándose al fin de encima suyo: —Dices algo, pero piensas otra cosa diferente.

Mordió sus labios conteniéndose, odiaba el que pudiese leer lo que pensaba. Odiaba que supiera lo mucho que aún lo amaba y lo esperanzado que estaba de que recuerde todo de nuevo. Y odiaba que supiera lo mucho que lo excitaba a pesar de que era un idiota.

Habían pasado unos seis días, o eso calculó. Taehyung solía irse a quien sabe dónde y cuando volvía sólo era cuestión de minutos para que terminen follando. Hoseok no se había opuesto. Él no podía hacerlo y daba todo de él para que lo recordase, para que recordase sus verdaderos sentimientos por él. Aunque muy por dentro sentía que eso no pasaría.

—Vístete, hoy te vas —dijo al décimo día de tenerlo encerrado

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—Vístete, hoy te vas —dijo al décimo día de tenerlo encerrado. Hoseok no sabía si sentirse preocupado o aliviado, no sabía si se quería ir o quedarse. A fin de cuentas, él no era el Taehyung del que se enamoró, no era ni su sombra pero... pero seguía siendo Taehyung. Y, aunque sabía que era demasiado tóxico e incorrecto querer estar a su lado, estar a su lado era mejor que no estarlo. Solo con verlo podía recordar los buenos momentos juntos y, a veces, esa ilusión de que todo volvería a ser como antes entre ellos lo hacía sentir vivo de nuevo—. Apúrate.

Príncipe del Cielo [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora