Prólogo

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El ambiente era cálido y la música tan suave como relajante

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El ambiente era cálido y la música tan suave como relajante. Afuera era un día hermoso pero, sin embargo, habían decido quedarse dentro del restaurante donde había más silencio. Estaba en su restaurante favorito, con su persona favorita.

Su mejor amigo desde hace casi diez años. El amor de su vida. Su cita ideal...

—¿No crees que hoy se ve todo más...  lindo?

Él castaño sonrió ampliamente y asintió sin dejar de mirarlo un solo segundo: —Lindo, lindo como tú sonrisa, bebé.

—Tae... basta. —Sonrió pero bajando la mirada algo avergonzado, porque a pesar de estar juntos después de tantos años, a pesar de un año como novios oficialmente; seguía sintiendo esas mariposas cada vez que él le decía cosas lindas.

La sonrisa tan amplia del Taehyung, casi firmando un rectángulo, aumentó y de pronto se cambió de silla a la que estaba al lado suyo. Hoseok miró cada uno de sus gestos y movimientos, como elevó su mano de largos dedos y le tocó la mejilla como si fuese el tesoro más valioso que tenía en su vida. Y es que lo era, hasta desde antes de ser novios oficiales, siempre se habían amado. Hoseok era eso y más para Taehyung.

—¿Dónde quieres ir después, Hoseokie? —susurró cuando se acercó a él y le dio un beso en la mejilla.

Hoseok sonrió por el gesto sintiéndose amado. Taehyung siempre lo hacía sentir amado: —Donde tú quieras. Siempre estaré detrás tuyo, ya deberías saberlo. —susurró al tenerlo tan cerca de su rostro. Sin pensarlo más, se animó para acercarse velozmente a Taehyung y robarle un beso de los labios.

—Hay gente. —El menor dijo luciendo tímido.

Hoseok se encogió de hombros haciendo sonreír a su novio en respuesta, el cual terminó haciendo lo mismo; le robó otro casto beso de sus labios. Ambos rieron bajo como niños que acababan de hacer alguna travesura.

La comida llegó luego de caricias y más besos fugaces. Eran ridículamente adorables, se conocían a la perfección en todos los sentidos, tal vez por el hecho de ser mejores amigos desde hacía tanto o tal vez por algo más. Se sentían como almas gemelas, si es que existieran. Se daban de comer uno al otro, se lanzaban besos o compartiendo chistes que solo ellos entenderían. Cada vez que ambos pasaban tiempo juntos, confirmaban que nunca podrían ser de la misma forma con otras personas, nunca existiera esa conexión que solo entre ellos sentían con otras personas.

Si el destino existía, eso los había unido. Y nadie ni nada iba a separarlos.

—Hoseok...

—¿Qué pasa, Taehyungie? —preguntó el pelinegro mirándolo un poco sorprendido por el cambio en su tono de voz. Parecía como si estuviera a punto de decirle algo muy importante.

—¿Recuerdas lo que hablamos hace unas semanas? ¿Lo de formar una familia? —Hoseok asintió un poco confundido, Taehyung se veía preocupado—. Bueno, yo no sé si estoy listo para que adoptemos por lo menos en unos cuatro años.

Príncipe del Cielo [ vhope ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora