Príncipe del Cielo [ vhope ]

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La idea principal de bajar del cielo era encontrar a Taehyung, enamorarlo y convencerlo de que sea un ángel otra vez, ¿en que momento eso cambió? ¿En que momento Hoseok comenzó a pensar que era buena idea ser un demonio con tal de estar junto a Taehyung?

—Yo... —Se detuvo al mirar la mirada del castaño sobre él, al recordar como casi le suplicó que acepte por el hecho de que quería estar a su lado por toda la eternidad. Si, él le estaba proponiendo ser su pareja por siempre—. Vuelve al Cielo, Tae. También podemos estar juntos ahí.

—Hoseok... no lo sé, sabes lo que pienso y-

—Si lo sé —interrumpió de inmediato el ángel, al notar la duda en el demonio cuando creyó que se negaría rotundamente—. Pero ellos no nos quieren asesinar como en la oscuridad... quiero estar contigo por siempre también.

El demonio resopló pareciendo pensarlo y una alegría invadió al pelinegro. De verdad lo estaba pensado. Hoseok se acercó a él para besarlo y el otro le devolvió el beso.

Esa mañana al despertar Hoseok esperó más tiempo de lo normal a Taehyung. Comenzaba a preocuparse, ¿y que si se había ido? Cuando sintió su presencia corrió hacia él casi desesperado.

—Tae, tardaste mucho —dijo Hoseok antes de darle un abrazo muy fuerte, sintió los brazos del otro rodearlo y suspiró sintiendo protegido—. Tengo hambre —murmuró sobre su pecho.

—Los ángeles nunca tienen hambre —dijo Taehyung con voz cansada.

—Sabes que soy un ángel especial —respondió sin temor, y Taehyung lo abrazó más fuerte haciéndolo chillar de dolor y luego reírse.

—Sólo eres un bebé llorón. —Se burló como siempre y el ángel sonrió.

—¿Podemos conseguir comida? Por favor... —El demonio se alejó mirándolo. Hoseok no podía evitar quererlo, o más que eso. No lo pensaba mucho pero cuando lo hacía sentía que se había enamorado de él, de ese Taehyung, sonaba casi tan loco como para detenerse y analizarlo. Sólo vivía el momento. Porque amaba esos momentos con él.

—Bien, como sea. —Hoseok sonrió ampliamente al verlo girar los ojos.

—Te quiero. —Fue inevitable decir y luego besarle en la mejilla.