¡Hola! ¿A qué no os lo esperabais tan pronto? 😜
Soy una caja de sorpresas 😎
Os cuento, en el directo de Twitter como recompensa del juego de Caperucita, ofrecí escribiros una escena Canem eligiendo la ganadora un lugar y un objeto.
No os lo voy a decir porque sería spoiler. ¡Qué mala soy! 😈
¡Espero que la disfrutéis mucho y que me lo contéis en comentarios!
Mientras tanto yo os voy a ir contestando a vosotr@s que tengo tarea pendiente.¡A leer y sentir! ¡Os quiero! ❤️
Seguidme en Twitter para muchas sorpresas y buenos momentos.
@AlexiaRB
Cumpleaños Trampa de Sanem
Jueves 19 Mayo 2022Unos pasos acelerados, rítmicos y contundentes resonaban por ese pasillo estrecho que parecía no tener fin para él.
Sólo una puerta cerrada le separaba de su liberación. Cuando su mano empujó la manilla de aquel muro de madera barroca, sus pulmones inspiraron aire con fuerza.
Estaba rabioso. Su sangre se propagaba rauda por sus venas. Cómo había osado "profanar" algo que era suyo. Había intentado arrebatarle su más preciado tesoro: Sanem.
Ese beso en el dorso de la mano, rozando sus nudillos, mirándola fijamente a los ojos... era una completa declaración de intenciones silenciosamente escandalosa.
No había alzado únicamente su pistola como reto hacia él para batirse en duelo, sino que su primer disparo había sido certero y a mala sangre.
Sí quería guerra... él estaba dispuesto a luchar.
‐- ¡Can! ¡Can! ¡Espera por favor! - Una voz femenina le suplicaba que parara mientras luchaba por alcanzarle desesperadamente.
Tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por retenerle.
‐- ¡Sanem basta! - Su voz, por un instante, se tornó grave y poderosa. Sus ojos fulgurantes atemorizaban a su enemigo. - ¡No quiero seguir con esto!
Él intentó girarse y avanzar, pero ella le agarró del brazo con la esperanza de que eso fuera suficiente. Su corazón, lastimado y herido, bombeaba incesante en su cabeza como un tambor. El pánico se había apoderado de su cuerpo dejándolo tembloroso.
‐- ¡Pero es que necesito que me escuches!
‐- ¡Sanem! No quiero seguir oyendo tus excusas. Todavía estoy intentando procesar tus últimas confesiones. ¡Intentando asimilar cómo pudiste engañarme durante meses! Y reitero, ¡ MESES! Mirándome a la cara y diciéndome que me querías mientras me clavabas un puñal en la espalda.
Sus gestos rápidos y enérgicos no dejaban de apabullarla y acallar su escaso valor residual.
Las lágrimas mojaron unas mejillas sonrosadas que aguardaban el perdón.
‐- Si me dejaras explicártelo todo, lo entenderías.
‐- Ahora mismo me cuesta hasta... tenerte cerca. Me destroza por dentro. - Más aplacado, retiró sus ojos ámbar de ella.
‐- Soy consciente... de que te he hecho muchísimo daño y que necesitas tiempo... pero quiero que sepas... que de haber sabido la verdad nunca te habría traicionado. - Le costaba hablar debido a la emoción que engarrotaba su garganta. - No te preocupes por tener que verme, he decidido marcharme de la agencia para que tengas tu espacio. No te molestaré más.
Su mirada, empañada y rota, desaparecía de su presencia desvaneciéndose como un alma atormentada dejando suspendidas en el aire partículas de ese perfume que recreaba en su mente recuerdos aun sin difuminar.
Can cerró los ojos apesadumbrado intentando que el veneno de esas imágenes no le corroyera su maltrecho corazón. Pasó sus manos por su cabello intentando comprender. Necesitaba encontrar una razón para el porqué, el cuándo y el cómo.
Se sentó casi bruscamente sobre un banco erosionado de cemento entrelazando sus dedos a la altura de la rodilla. Se quedó con la atención fijada sobre el suelo, pensando...
Una figura masculina con vestimenta estrafalaria pero curiosa fue acercándose a él precavido de no pisar ninguna mina antipersona.
‐- CeyCey, quiero estar solo - sentenció serio sin levantar la cabeza.
‐- Siento mucho interrumpirle señor Can pero a Sanem, con las prisas, se le ha caído esto del bolso. - Manteniendo una mínima distancia de seguridad, el muchacho le ofreció lo que parecía un sobre de color lila.
‐- Dáselo a Leyla para que se lo lleve.
‐- Es que es para usted. Y aunque no quiso contarme nada, parecía ser algo muy importante para ella.
Can alzó la vista por segunda vez centrando su poder de decisión en si debía o no coger esa carta.
Tras un breve instante de duda, accedió. Sosteniendo la ofrenda entre las manos, recuperó su postura inicial. Esperaba que su acompañante le concediera el beneficio de la soledad pero no entraba en sus planes.
‐- ¿Quieres decirme algo más? - Inquirió molesto.
‐- En realidad... sí. - Aparentaba nerviosismo pero claro, es que eso en él era innato. - Quería decirle... que Sanem... es inocente. - Se le trababa la lengua casi como un tartamudeo.
Can frunció el ceño.
‐- Explícate.
‐- Ella... no quería venir a la fiesta. Como usted sabrá... la pobre no está pasando por un buen momento... llora por los rincones, apenas come...
‐- Al grano CeyCey.
‐- Pues verá, el caso es que ella aceptó asistir porque pensaba que fue usted quién organizó esta celebración sorpresa de su cumpleaños.
‐- ¿Y por qué pensó eso? - La conversación había captado su interés.
El elfo de Papá Noel jugueteaba con sus dedos.
‐- Porque... puede... que se me escapara... delante de ella.
Can cerró los ojos pinzando el puente de su nariz. Estaba empezando a perder la paciencia.
‐- CeyCey, termina de contarlo. ¿Por qué le contaste esa mentira a Sanem?
‐- En mi defensa diré que no sabía que era mentira. Y lo dije... para que sonriera. Usted tendría que haberla visto; se le iluminó el rostro pensando que era su forma de sellar la paz. Que había dado un primer paso hacia las baldosas amarillas.
‐- Pero... ¿de dónde sacaste semejante locura?
‐- De Güliz. Ella me lo dijo; pero no lo pague con ella, a ella se lo contó la señorita Aylin. Ella es la verdadera culpable de todo esto.
‐- Espera, rebobina. ¿Aylin le dijo a Güliz que yo había preparado esta fiesta sorpresa para Sanem?
No daba crédito a lo que estaba escuchando.
‐- ¡Bingo para el caballero...! - Empezó la frase muy entusiasmado pero fue degradándose al observar cómo las facciones de su jefe se endurecían.
‐- Cómo no he podido darme cuenta... - Con ímpetu se levantó de su asiento continuando el camino que instantes antes había recorrido su amada.
‐- ¡Señor Can! ¿Quiere que localice a Sanem? - Gritó para que pudiera escucharle.
‐- Tranquilo. La encontraré. - Sin detenerse, alzó el sobre como símbolo de despedida.
‐- ¿Que la encontrará? ¿Cómo? ¿Con un chip espía de geolocalización? - Esbozó en voz alta poniendo cara de interesante.
Continuará...
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Erkencikus: Escenas Canem
FanfictionMi última obsesión se llama Erkenci kus o Pájaro Soñador si eres de España. Quiero compartir con vosotros algunas escenas de nuestra pareja protagonista favorita. Can & Sanem. Son momentos que nos hubiera gustado ver en la serie tal como siempre l...