Erkencikus: Escenas Canem

SAGA SEDUCCIÓN: Mensajes Secretos

Despacho de Can Divit

11 de la mañana

Era casi mediodía pero quedaba mucho por hacer. Había transcurrido una hora desde que el mensajero les había entregado la carpeta con las exigencias del nuevo cliente en cuanto a cómo querían que se desarrollara su anuncio.

A partir de ahora el tiempo era oro, debiendo comprender con precisión lo que el cliente necesitaba para no dejar ni un cabo suelto que pudiera restarles puntos.

El procedimiento a seguir normalmente era el siguiente:

-- Can se reúne con su directora creativa para hacer la primera toma de contacto. Conocer al cliente, su ámbito laboral, sus campañas anteriores así como el tipo de producto que desarrollan dentro de la empresa.

-- Con los apuntes hechos, reúnen al equipo para exponerles los puntos principales del proyecto con el fin de empezar a generar ideas que les ayuden a dar formato al nuevo diseño publicitario.

-- En las posteriores juntas se van concretando las diferentes partes: eslóganes, fotos, modelos, lugares de rodaje… etc…

Pues bien, ahora mismo nos hallábamos en la casilla de inicio.

Tras disfrutar uno de sus múltiples, persecutorios y escurridizos juegos con Sanem, Can había requerido a Deren en su oficina para comenzar con la primera revisión.

-- ¿Me has llamado? – Preguntó la muchacha de cabello caoba y uñas pintadas tras hacer notar su presencia en el umbral de la puerta con unos pequeños golpecitos.

Can levantó la mirada fugazmente de su móvil. Estaba enviando un mensaje a su chica.

Can: ¿Dónde estás preciosa? Te echo de menos.

Escenario Paralelo

El eco ininterrumpido de una melodía en su bolso cesó la concentración que Sanem había mantenido sobre la carretera.
Quería darle al taxista el mayor número de indicaciones acerca de cómo llegar al lugar que tenía pensado sin perderse en el intento, ya que por lo que podía percibir desde su posición, el muchacho no tendría más de unos 20 años y con la suerte que tenían probablemente ellos eran sus primeros clientes.

Una sonrisa espontánea y feliz se dibujó en sus labios al leer que su chico la extrañaba.

“Es más lindo. Si es que no le puedo querer más”

CeyCey empezó a mirarla con su ceja levantada al sentir esa risa tonta y bobalicona que emanaban los tortolitos sin razón.

-- ¿Qué pasa? ¿Ayhan te ha escrito algo gracioso?

Su bonito y romántico momento de amor fue bruscamente cortado por la intromisión de un espía cotilla con bigote y muy malas intenciones.
Si deseaba seguir disfrutando de su nube color de rosa, su primera misión debía ser salvaguardar los códigos secretos frente al enemigo, por lo que no dudó en llevarse el móvil al pecho protegiéndolo de miradas indiscretas.
Interiormente rezaba para que su avispado compañero no hubiera visto el nombre del remitente.

-- ¡Quita! ¡No es nada qué te atañe! – Le regañó mostrando un rostro fingidamente enfadado. Pero eso sí, golpeando violentamente su mano para que se le quitaran las ganas de meterse en terreno ajeno.

-- Vale, dama de hierro. Tampoco hay que ponerse agresiva. – Contestó el pequeño y estrafalario elfo alejándose para sanar la herida de guerra.

Cuando estuvo libre de peligro alguno, volvió risueña a la pantalla de conversación para enviar la tan esperada respuesta a su amado Sandokán.

Sanem: Estoy cerca y lejos a la vez. Lejos pero cerca al mismo tiempo. Siempre pensando en ti.