CAPITULO IN LOVE: Whisky

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Un rato después...

Sanem estaba esperándole en la cama, la temperatura ambiental seguía siendo muy alta, por lo que aunque la camiseta era de manga corta su composición no debía ser transpirable y estaba empezando a sudar.

-- ¡Qué calor madre mía! Esto es un horno. Ni los pollos pasan tanto.



Andaba divagando tanto en sus cosas que no vio que ya tenía compañía.



-- Aquí llegan los refuerzos. Toma un zumo de frutas recién exprimido. Le he echado hielo para que se te mantenga frío más tiempo.



Al coger su copa se dio cuenta de que la suya era distinta.



-- ¿Whisky?


-- Solo.- Can miró su copa haciéndose un hueco junto a ella en la cama.


-- Te gusta.


-- La verdad es que lo tomo más a menudo desde hace un tiempo. Me acostumbré a él cuando me vine a vivir de nuevo a Estambul. Mi padre solía beberlo cada noche, una copa antes de dormir. Decía que le relajaba.



Sanem sentía curiosidad por saber cómo sabría, no era bebedora habitual y dado su historial casi era mejor no excederse pero con el paso del tiempo se estaba dando cuenta de todas las cosas que se estaba perdiendo.

-- ¿Puedo probarlo?- preguntó inocentemente


-- Lleva alcohol. Sabes que no puedes.


-- Claro. Lo mío son más los zumos naturales. Cero alcohol. Cero diversión.- zanjó la conversación no sin antes soltar lo que quería decir con cierto retintín.
No iba a guardárselo sino le saldría una úlcera y ya tenía bastante con lo suyo. Miró a Can por si había podido ablandarle pero la verdad era que ni se inmutó, empezaba a ser inmune a ella.

"Míralo cómo me ignora, parece como si le diera igual mi sufrimiento. O tal vez es que se ha vuelto inmune a mí. ¿Tan pronto ya? Pero si no llevamos ni dos meses saliendo, ¿qué me espera cuando hagamos las bodas de plata?"

-- Cuando te encuentres mejor te prometo que compartiremos uno, ¿vale? - dio un sorbo a su copa bajo la atenta mirada de Sanem, quien no podía apartar la vista de ese líquido opaco, sentir su aroma... Esos cubitos de hielo parecían tintinear dentro de su cabeza a cámara muy lenta.

-- La semana que viene vamos a organizar una fiesta con los demás.- su voz era pausada, demasiado, como si le costara racionalizar las palabras en su mente.
Seguía absorta en cómo aquel pequeño maremoto color ámbar chocaba contra ese fino y cristalino muro de cristal.

-- Cuando lo probemos, estaremos los dos solos. Aquí en casa.

Como toda la atención de su chica estaba focalizada en una cosa, decidió darle lo que quería. Tomó un trago grande de Whisky en su boca y lo mantuvo unos segundos, se giró hacia ella dejando sus labios a escasos milímetros de su boca.


-- Abre la boca.- esas palabras nunca antes habían provocado que su cuerpo temblara de placer. Era tan sensual...

Obediente y algo temerosa accedió a su petición, permitiéndole fundirse en un beso ardiente y pasional. Cuando sintió el contacto de la lengua de Can dentro de ella fue como si su estómago se encogiera, una sensación como de vértigo la sacudió con fuerza.
Sus manos necesitaban apretar algo, a tientas intentó aferrarse a aquel robusto pecho por el que tantas veces se había quedado sin respiración pero sus dedos resbalaron sobre la piel mojada terminando por arañarle.


Cuando tuvieron que separarse Can se quedó justo donde había empezado, rozando sus labios. Observó su reacción, la cual transcurrió tal como él había pensado. Las muecas de asco por parte de Sanem dejaron muy claro que no le había gustado la experiencia.

-- Argh. Es asqueroso. Amargo... Es como chupar un árbol. Argh- bebió casi medio vaso de su zumo de una sola vez intentado eliminar ese sabor de su boca.


-- ¿No te ha gustado? - preguntó con una cierta sonrisa burlona.


-- No. Definitivamente no.


-- Me alegro. Una tentación menos de la que preocuparme.


Erkencikus: Escenas CanemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora