🌱Capítulo 9|¡Eres perfecto!🌱

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✴️POV CHRISTIAN✴️

Estábamos saliendo del restaurante y Taylor ya nos esperaba con el automóvil listo. Cuando lo llamé le pedí que no bajara del vehículo, pues quería tener la oportunidad de poder besar a Nicole; me había vuelto loco durante toda la cena, deseaba ansiosamente apoderarme de su boca.

Antes de abrir la puerta del coche, le acuné el rostro y con mi pulgar acaricié la comisura de sus labios; luego caí sobre su boca, lamiéndole los límites una y otra vez. Finalmente mi lengua buscó la suya, pausadamente,
aliviando mis confusas emociones; las sensaciones que me producía el contacto con ella me dejaban atónito, y sólo quería continuar para seguir sintiendo.

Anastasia me respondió el beso, entusiasta; luego se apartó y me dijo:

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Anastasia me respondió el beso, entusiasta; luego se apartó y me dijo:

—Grey, no quiero estropear este momento; sin embargo, espero que haya quedado claro que, en este arreglo de cama sin compromiso, no vale una cama de tres. —Puedo aceptar que no busques una relación seria, pero lo que no aceptaré es ser el hazmerreír; hay ciertas cosas que no estoy dispuesta a saltarme.

—Me parece justo; también exijo lo mismo, y espero que también te haya quedado bien claro.

Llegamos a su apartamento y la acompañé hasta la entrada. Nos estábamos besando bajo la cornisa cuando ella se apartó y me preguntó:

—¿Te quedas?

—Pensaba que no ibas a sugerirlo, aunque estaba por meterme dentro igualmente.

—Mandón.

—No, cachondo; tú me enciendes mucho.

La cogí de la mano y entramos. Cuando llegamos al apartamento, nos quitamos los abrigos. Luego la sujeté por los hombros y, con los dedos, le despejé el rostro, apartando algunos mechones de su pelo.

—He tenido la polla dura durante toda la cena, basta de preámbulos.

Empezamos a besarnos y el calor se extendió por todo nuestro cuerpo. Mis manos amasaban su culo sobre el vestido; estaba muy deseoso y necesitaba con ansias enterrarme en ella, pero estaba dispuesto a tomarme las cosas con un poco más de calma que la vez anterior. Hacía rato que en mi cabeza ya había pensado que la follaría toda la noche. Con los dedos busqué el cierre del vestido y lo bajé lentamente; luego acaricié su espalda desnuda sin dejar de probar su boca.

—Vamos a tu cama.

Caminó delante de mí. Ya me había quitado la corbata en el coche e iba desprendiéndome de la camisa. Cuando entramos, me paré justo detrás de ella y apoyé mi bulto en la redondez de sus nalgas. Tenía el brazo derecho rodeando su cintura para poder aprisionarla contra mi tórax. Le besé la espalda e intenté sosegar mi respiración, pero no lo logré. Aunque me estaba esforzando, no podía imaginar follarla despacio, todo mi cuerpo estaba en contacto con el suyo desesperadamente, y era consciente de cada curva y de cada ardiente milésima de su piel.

¿Tú? - Lo que nunca imaginé《Christian y Ana》Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora