Bilogía romántico-erótica❤🔥🌱
Adaptación de la historia de la autora Fabiana Peralta con los personajes de 50 Sombras de Grey de E. L. James.
🚨MUY IMPORTANTE 🚨
Es una adaptación, no Plagio.
Llegué al Grey Heart, el vanguardista rascacielos de uso comercial que se erigía jactancioso frente a la esquina noroeste de Bryant Park y que acogía las oficinas del centro de operaciones de Renewables Grey y Grey Group. Aunque de vez en cuando me daba el gusto de conducir, por lo general siempre aceptaba los servicios de mi chófer para, durante el trayecto, revisar mi agenda de citas y adelantar algo de trabajo, pero esa mañana había hecho el recorrido sumido en un profundo silencio y sin poder concentrarme en nada; me sentía inerte y sin saber qué rumbo seguir; si todo lo que Anastasia Adams me había entregado en esa carpeta era cierto, no hacía más que probar que yo no era apto para ocupar el cargo que ocupaba y que mi padre se había equivocado conmigo.
—Grey, que tengas muy buen día -recitó mi chófer al tiempo que abría la puerta del vehículo para que yo descendiera.
—Gracias, Taylor; recuerda que tengo un almuerzo de negocios.
—Tranquilo, Christian; mi agenda y la tuya están siempre sincronizadas. —Llegaré a tiempo para recogerte.
Entré en el vestíbulo, en forma de ele, y recorrí a paso seguro la entrada surcada por un gran muro revestido en piedra. De inmediato sentí las miradas sobre mí; la gran mayoría de los que pululaban por allí me conocían muy bien; muchos me llamaban el heredero del imperio Grey, yo prefería que sólo me llamaran el CEO de Grey Group y Renewables Grey, pero... después de lo que bullía en mi interior tras leer esos informes durante todo el fin de semana, quería que me llamasen Christian Grey, el gran empresario mangoneado.
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De pronto sentí la necesidad de acomodarme la corbata; sin embargo, me abstuve de hacerlo, ya que eso podría interpretarse como un signo de debilidad, y nadie esperaba ver eso en mí, así que opté por abrocharme la chaqueta y continué con la mirada fija hacia la zona de los ascensores.
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—Buenos días, señor Grey -me saludó el encargado de la seguridad del edificio tocándose la gorra; le respondí con una simple bajada de cabeza y luego avancé unos metros más, pasando junto a las personas encargadas de la recepción. Éstas atendían el flujo de gente que constantemente llegaba a los distintos pisos del Grey Heart; sin embargo, al verme, dirigieron la vista hacia a mí para darme su habitual saludo matutino.
