🌱Capítulo 11| Phoebe Grey🌱

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✴️POV CHRISTIAN✴️

Estábamos a mitad de semana y, después de un día de locos, entre reuniones, almuerzos de trabajo y miles de asuntos pendientes, por fin había logrado desocuparme a tiempo. Taylor acababa de avisarme de que ya estaba esperándome en el bordillo frente al Grey Heart, y yo lo estaba cerrando todo para marcharme.

Llegamos a la Joffrey Ballet School, donde Phoe asistía a sus clases de ballet. Le había prometido que iría a recogerla y, aunque tuviera miles de cosas por hacer, jamás rompía la palabra que le daba a mi hija.

—Leyla, ¿qué haces aquí?, Te avisé esta mañana de que vendría yo.

—Christian, lo lamento, lo olvidé. -No era la primera vez que hacía lo mismo, y yo presentía que lo estaba haciendo a propósito-. —Ya me voy.

—¿Has venido con el coche?

—No, lo he hecho andando.

—Entonces quédate, Taylor nos espera abajo.

La clase había terminado y noshicieron entrar a recoger a nuestros hijos.

Phoe vestía maillot, medias y zapatillas de ballet de color rosa; llevaba el cabello recogido en un moño, que su niñera había trenzado con pulcritud.

—Papiiiiiiiiiiii, ¡has venido!

—Por supuesto, te lo prometí ayer. -Pegó un salto y la sostuve entre mis brazos mientras la llenaba de besos-. —Vamos al vestuario a cambiarte.

—Tú no tenías que venir, Leyla -le reclamó la mi hija; es que ella era muy posesiva con nuestras salidas, pero odiaba que fuera así de grosera.

—Lo siento, cariño; olvidé que venía tu papá a recogerte.

—Phoe, no seas maleducada con Leyla; está aquí y debemos agradecérselo de todas maneras.

—Lo siento, Leyla -dijo claramente arrepentida-. —Papi, ¿podemos ir a Pinkberry a tomar un helado? —Leyla siempre me lleva después de clase.

—Humm... -me cogí el mentón haciendo ver que lo estaba sopesando y luego le dije-: de acuerdo, podemos.

—Eres el mejor papá del mundo. -Phoe se ciñó a mi cuello y me llenó de besos de manera entusiasta.

—¿Por llevarte a Pinkberry?

—Sí. ¿Sabes? Hoy hemos practicado caminar estirando la punta de nuestros pies y la profesora, Liz, me ha felicitado. —Me ha dicho que lo he hecho muy bien; luego en casa te lo enseño.

—¡Qué orgulloso estoy de ti, mi vida!

—Recuerda que la semana que viene tienes que venir a la jornada de puertas abiertas.
—Todas las mamás y papás deben hacerlo.

—No lo olvido, y no me la perdería por nada. —Bien, ahora ponte tu chaqueta y vayamos a por ese helado a Pinkberry.

 —Bien, ahora ponte tu chaqueta y vayamos a por ese helado a Pinkberry

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¿Tú? - Lo que nunca imaginé《Christian y Ana》Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora