🌱Capítulo 12| Nesecidad de ellos🌱

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✴️POV ANASTASIA✴️

El mero hecho de mirarlo me hacía desearlo de una forma turbulenta. Olía de maravilla, como siempre; su colonia, con dejes cítricos y el picor de la pimienta, invadía mi olfato con la promesa de sexo ardiente y magnífico.
Recordaba el aroma que emanaba de su cuerpo sensual y poderoso mezclado con el olor de nuestros sexos; era algo que activaba mis sentidos, llenándome de una energía nueva y persistente.

Cuando Christian entregó su tarjeta de crédito para que le cobraran, se encargó de avisar a Taylor para que nos esperara en la entrada. De pronto había decidido dejar de resistirme a su atracción, y disfrutar del momento. En realidad, resignada, pensé que era imposible no hacerlo; él desataba la ferocidad de mi deseo, y ¿por qué no pensar, por una vez en la vida, que finalmente yo también podía tener una relación de esas que te cambian la vida?

Nos habíamos encaminado hacia la salida y en ese instante Phoebe se quejó de que estaba cansada de andar, así que él la cogió en brazos y, despreocupadamente, me agarró de la mano para guiarnos entre la gente y
acceder a las escaleras mecánicas. Su contacto me cogió desprevenida, pero
lo acepté halagada; creo que nos habíamos relajado tanto que todo surgió casi de forma natural. Sin embargo, mi cuerpo temblaba por dentro y pensaba que iba a caerme en cualquier momento, así que me aferré con ganas a él, buscando en su agarre la fuerza necesaria.

De pronto tuve que apretar el paso para seguirle el ritmo; se veía determinado a sacarnos cuanto antes de allí, y advertí que su gesto había cambiado, tenía una expresión preocupada.

—Mierda.

—Papi, eso no se dice.

—Lo siento, cariño, se me ha escapado.

—¿Qué pasa? -pregunté ante su intempestivo exabrupto.

—Mete tu rostro en mi cuello, Phoe.- Ladeó su cara envuelto en un enojo de película y me miró-. —Acaban de sacarnos fotografías. —No me gusta
que fotografíen a Phoe, y menos si estoy con alguien.

—Entonces la que lo siente soy yo; todo esto es por mi culpa, por venir a Macy's. -Quise soltarme de su mano.

—Ni se te ocurra. -Mira hacia abajo y camina, no demos un espectáculo innecesario.

Hice lo que me ordenó; su tono era tan adusto y autoritario que no me atreví a contrariarlo.

—¡Maldición!

—Eso tampoco se dice, papi.

—No levantes la cabeza, Phoe. —Yo puedo decirlo porque soy adulto; ya basta, quien no debe decirlo eres tú.

Estábamos en las escaleras mecánicas, pero él bajaba los escalones arrastrándome a su lado.

—Son una horda, y con lo del otro día, gracias a tu amigo... -me traspasó con la mirada, sabía que se refería a Brad-;—buscan continuar con el show.

Me sentí sumamente afligida; no era nada agradable ser acechado, y podía comprender la incomodidad de Christian. Además, la gente hablaba sin saber y estaba segura de que las páginas de chismorreo se encargarían de ello. Joder, no quería que mezclaran a Phoe en nada desalmado.

Él tenía razón, debíamos salir cuanto antes de allí.

—Agárrate de mi brazo, Anastasia, así puedo hablar con Taylor y pedirle que nos espere con la puerta del coche abierta.

Por suerte Taylor era un chófer muy eficiente y estaba alerta, esperándonos en la entrada, como le había indicado Christian, así que me zambullí dentro del Galibier y Christian me pasó a Phoebe. Hablaron algo entre ellos antes de que él entrara y, tras quitarse la chaqueta, se acomodó a mi lado.

¿Tú? - Lo que nunca imaginé《Christian y Ana》Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora