🌱Capítulo 20|Hazme el amor🌱

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🥳Maratón 3/3

✴️POV ANASTASIA✴️

Llegamos a la clase de ballet. Todas las madres me miraban como si fuera un bicho raro y sin disimular que me veían como a una extraña, pero yo me centré en Phoebe, determinada a ignorar a todo el mundo. El moño en su pelo no me había quedado del todo bien e intenté enderezarlo, pero no parecía tener arreglo, así que decidí dejarlo como estaba, sólo me cercioré de que no fuera a soltarse. Le calcé las zapatillas de baile y le puse el tutú que debía usar ese día, por ser una clase especial.

Parecía una princesa; Phoebe realmente era una niña muy hermosa.

—¿Cómo estoy? -preguntó coqueta, girándose para que la viera.

—Perfecta.

—Cuando le pregunto a mi papá, me dice mathalia, que significa perfecta en árabe. -Mi abuela y mis tíos también hablan árabe como mi papá; yo estoy aprendiendo, también el italiano... mi nonno Carrick Grey era italiano.

De pronto recordé la palabra que tantas veces le había oído decirme a Christian en la intimidad. ¡Oh, Dios!, ese hombre me tenía realmente estúpida con cada detalle que descubría de él. La niña enrolló sus bracitos en mi cuello y me besó en la mejilla; olía tan rico y era tan dulce que me embobaba tanto como su padre.

—Hola, Phoe.

—Hola, Yuriko.

—¿Ella es tu mamá?

—No -la niña se rio y me desarmó su inocencia-, -ya te dije que mi mamá no puede venir; ella es la amiga de mi papá.

En aquel instante la profesora apareció, buscando a las niñas, así que Phoebe y sus amiguitas se fueron con ella.

—Ve, cariño; todo saldrá estupendo.

La madre de Yuriko me estudiaba de arriba abajo y sin disimulo, y me estaba poniendo de mal humor. Sabía muy bien que era una de las que babeaban por Christian, ya que había recordado el nombre que Phoebe había mencionado en Pinkberry-.

—Me llamo Anastasia, encantada -me presenté tendiéndole la mano.

—Hola, soy Emiko. -Ella rompió el hielo y se acercó a darme un beso en la mejilla-. —Ruth, ven para que te presente a Anastasia -llamó a otra de las madres-, es una amiga del papá de Phoebe.

—Es mi novia, no es mi amiga.

La voz de Christian me dejó patidifusa. Joder, tal vez tendría que haberme preguntado antes qué iba a decirles a esas arpías, pero... no me iba a enojar por eso; no sonaba muy agradable que creyeran que sólo era un buen revolcón.

—Hola, cariño; ya estás aquí.

Christian me besó rápido en la boca y se aferró a mi cintura, dejando a las brujas con los ojos cuadrados.

—¿Y Phoebe?

—Su profesora ya las ha venido a buscar.

—Entonces vamos a conseguir buenos asientos.

—Este año está más organizado, Christian- contestó Ruth mientras enrollaba en su dedo un mechón de pelo-.
— Además han colocado nombres en los asientos y etos están  ordenados por orden alfabético.

—Ah, perfecto; en ese caso tendremos una buena ubicación. Adiós.

Christian me cogió de la mano y me llevó con él, ignorándolas. Iba trajeado con un príncipe de Gales cruzado, de color azul, camisa blanca con gemelos de oro y sin corbata, mi vista favorita de el en traje. No era sano para la cordura de nadie pensar en lo que su físico le hacía a esa prenda; su estructura ósea era como un imán, y entendía un poco lo apabulladas que esas mujeres se sentían con su presencia.

¿Tú? - Lo que nunca imaginé《Christian y Ana》Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora