🌱Capítulo 13| Irresistible Pasión🌱

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✴️POV ANASTASIA✴️

Saqué la lengua para lamerme los labios, y noté cómo Christian respiraba desacompasadamente; su verga, larga, gruesa y palpitante, me apuntaba salvaje y hermosa, y no pude evitar que se me hiciera la boca agua.

-Necesito lamerte -le dije, y me asombré por mi franqueza.

Me moví ansiosa y lo empujé, logrando que él se sentara en el sofá otra vez. Levantó los brazos y se agarró del respaldo, entregándose a mí.

-Haz lo que quieras.

No podía creer que un hombre tan descaradamente erótico, y que además estaba acostumbrado a llevar el control en todos los ámbitos de su vida, se entregara así a mis caricias; me asombraba su abandono, y que me concediera el privilegio de que lo tomara como deseara. Me deslicé hacia abajo para arrodillarme en el suelo y coloqué su exquisita punta en mi boca; lamí su corona tensa y muy hinchada, y luego deslicé la lengua por su tronco, provocando que las venas de su pene palpitaran henchidas.

Él respiraba sibilante y se aferraba con fuerza al respaldo. Cerró los ojos con pujanza y bramó mientras yo lo saboreaba rozando sus carnosas venas; le recorrí el largo hasta la empuñadura y regresé nuevamente al capullo, luego abrí la boca lo más grande que pude para devorarlo.

-Joder, Ana... tu boca me vuelve loco en cualquier parte de mi cuerpo que pueda tenerla.

Me agaché un poco más para chuparle las pelotas; luego, con la lengua, recorrí su perineo, haciéndolo y gruñir de modo animal. Regresé a su glande y apreté los labios, retrotraje mi lengua y lo chupé con fuerza; su verga estaba brillante y resbaladiza cubierta por mi saliva. Me ayudé con la mano para excitarlo más y el gimió de nuevo y movió la pelvis, presionando contra mi boca.

-Trágatela toda, chúpame más fuerte.

Preparé mi boca para obedecer y metí su miembro hasta que sentí que tocaba mi garganta.

-Dios, voy a correrme en tu boca.-¡Detente, vas a matarme!

Lo miré entre las pestañas mientras seguía chupando como me había pedido que hiciera. Tenía los ojos abiertos y su ardiente mirada clavada en mí; mis entrañas se constreñían por el placer que veía en sus iris grises.

-Ana, ¡Dios mío!

Se sacudió y maldijo. Su polla pareció crecer más, ensanchándose al tiempo que los testículos se le apretaban contra la raíz; la punta estaba violeta. Se corrió con fuerza, expulsando manantiales de semen en mi boca. Fue tanto el impulso, que sentí cada ramalazo como una descarga atormentada; tragué con ansias y volví a mirarlo; tenía la boca abierta y refunfuñaba diciendo palabrotas.

-Ven aquí.

Me levantó con ímpetu y con la lengua recogió el semen que había escapado de mi boca; chupó la comisura de mis labios y luego me los mordió. Me tenía cogida por la nuca y por el pelo con la presión justa.

-Voy a follarte muy fuerte, Anastasia; voy a enterrarme en ti hasta que ambos perdamos el sentido. -¡Aaagg, estás tan lista! -Pero hay un problema, cariño: acabo de darme cuenta de que no tengo preservativos, no tenía planeado verte. -Si tú tienes si no, te haré correr con mi boca.

-Mete tu polla en mí -le ordené decidida mientras lo agarraba del culo -, -te juro que estoy limpia y que el implante anticonceptivo que tengo
colocado es absolutamente efectivo.

Christian no me hizo esperar: se movió expertamente sacudiendo la cadera y
me penetró de un solo impulso, hundiéndose bien profundo; movió los brazos y sus dedos se clavaron a los lados de mi cuerpo, sujetándome contra él.

¿Tú? - Lo que nunca imaginé《Christian y Ana》Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora