Capítulo 3

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DELANO

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DELANO.

Comentaré a Lena que encontró a su mamá ayudó bastante a que ella comiera por sí sola... digo, yo le seguí dando en la boca, pero ya no hubo necesidad de buscarle motivos por cada cucharada, ella abre la boca por su cuenta y traga mientras su mente se va a otro lugar, tiene la vista perdida, no quise interrumpirla hasta que se comió la ultima cucharada de compota de manzana, depositando la paleta en su regazo, acariciándole el cabello.

— Listo hermosa, terminaste tu comida, felicidades, lo hiciste estupendo.

Se sonrojó y sonrió de todas maneras, tomando la paleta.

— No soy una niña, Delano.

— Cuando alguien hace algo bien, no importa la edad, hay que felicitarla ¿No crees?

— Sólo cené.

— Y te lo comiste todo, incluido el postre, felicidades por eso.

Quedé de una pieza cuando Lena se inclinó hacia mí para abrazarme con fuerza, me costó un poco procesar lo que estaba pasando, pero logré reaccionar a tiempo y la envolví en mis brazos, acariciando su espalda, sintiendo su columna bastante marcada, está demasiado delgada y espero que logre recuperar todos los kilos que perdió estos meses en un tiempo próximo.

— Gracias, Delano, no sé qué haría sin ti.

— Morirte, por supuesto, soy increíble.

Carcajeó contra mi pecho y no pude evitar contagiarme de su alegría, no quiero ser pesimista y arruinarle el momento, pero me parece bastante extraño que su madre regrese luego de tantos años, si la quisiera tanto como dice, habría regresado antes ¿O es que realmente Viktor la tenía amenazada? ¿Qué tiene que ver él en toda esta ecuación?

— Lena ¿Puedo darte un consejo?

— Alexander ¿No?

Que bien me conoce la maldita...

Detesto cuando estos dos están peleados, me siento como el hijo de una familia disfuncional.

Alexander era todo lo que tenía, quién me defendió cada vez que se burlaron por mis diferencias físicas, el medio albinismo no es bien visto por aquí, quién me dio una razón de vivir, un trabajo, algo que proteger, algo que amar, nuestro vinculo cómo hermanos.

Luego llegó Jelena, una chiquilla guapa y vivaz, un poco santurrona hasta cierto punto, pero era una mujer libre, una mujer que no se sentía con la necesidad de retribuirle algo a alguien, una mujer que no tenía miedo de abandonarlo todo porque ya no tenía nada, por eso la busqué, por eso me convencí a mí mismo que ella me gustaba cuando en realidad me gustaba que me necesitara y que yo pudiera darle lo que ella quisiera sabiendo que lo aceptaría, sabiendo que Lena me seguiría... más tarde me di cuenta de que por muy guapa que la ex monja fuera, por muy libre, por muy entregada a las situaciones nuevas y dispuesta a tomar cada oportunidad como un reto dispuesto a llevar a cabo... ella no era Ivanna, maldita Ivanna que se me metió en la cabeza y el corazón, una mujer que no me elegiría y que jamás me seguiría.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora