Capítulo 29

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JELENA

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JELENA.

Desperté de un salto de la cama, asustándome al ver el sol tan brillante en el exterior, todo el cuarto estaba ordenado al máximo y no escucho llantos, los niños no están en mi cama cómo ayer y si mis hombres regresaron a casa anoche no tengo ni la menor idea no los sentí y eso es malo, muy malo, no puedo despreocuparme así y dormir a culo suelto, se supone que debo estar atenta, carajo.

— Maldita sea ¿Qué pasó?

Me quejé saltando fuera de la cama, atando mi cabello en un moño alto en lo que cruzo rápidamente en dirección al otro cuarto, viendo con alivio a Delano y Alexander alimentando a las mini bestias, incluido Alex, Tanya debe estar desayunando abajo con Sasha, jamás dejarían a la princesita sin comer por muy demandantes que sean las mini bestias.

— ¿Por qué tan acelerada a estas horas de la mañana, hermosa? —preguntó Delano sonriéndome— Buenos días primero, modales.

Respiré aliviada al ver que todo estaba bien, incluso sentí como la sangre siguió su curso normal otra vez y nutre mi piel pálida como el papel por el miedo de que algo vaya a ocurrir cuando yo no estoy atenta.

— Buenos días chicos, lo siento — pasando mi mano por el rostro— Es que me asusté, no vi a los niños, yo ayer me dormí con ellos, no los sentí llegar, así que... me asusté, pensé que algo malo había pasado, y yo... me asusté mucho.

Admití tomando una larga bocanada de aire para recuperarme del susto, realmente pensé que algo malo había pasado.

— Cosita, no tienes que cargar todo sobre tus hombros siempre, nos tienes a ambos, lo sabes, puedes descansar en nosotros cuando lo necesites, y ayer, si te sentías muy agobiada, podrías habernos llamado, hubiésemos acudido a ti volando, esto de tener niños es un trabajo en equipo, no tu obligación, que tú los hayas parido no quiere decir que tengas que hacerte cargo obligatoriamente de ellos en todo momento.

Dijo Alexander señalando el sofá individual entre las cunas con una sonrisa cálida en los labios.

— Es que si ustedes están en medio de algo importante, se supone que no debería interrumpirlos por estupideces, yo puedo hacerme cargo de los niños, y cuando yo tengo algo que hacer, ustedes se hacen cargo — tomando asiento en el sofá, más bien, dejándome caer sin gracia— Sé que es un trabajo en equipo, pero anoche yo estaba con ellos y cuando desperté no los vi, entonces me asusté mucho.

— Te despertaremos la próxima vez que lleguemos tarde y así podrás descansar tranquila ¿De acuerdo, preciosa?

Dijo Delano, tranquilizándome.

— Ese trato me gusta — sonreí— gracias chicos.

— Somos un equipo, recuérdalo — dijo mi marido— Nada de gracias, es lo que corresponde, tareas equitativas.

Como los amo joder...

Alexander lo sabe, pero a Delano jamás se lo he dicho, y últimamente siento que... que lo amo, ahora que se me permite sentir más que una amistad sana hacia él, puedo reconocer abiertamente lo que siento cada vez que lo tengo en frente, eso me recuerda... falta poco para terminar la puta cuarentena, muero por ser amada físicamente por este par de hombres.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora