Capítulo 22

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BUENAS BUENAS MIS AMORES, LAS LEOO

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BUENAS BUENAS MIS AMORES, LAS LEOO

JELENA.

Abrí los ojos de golpe en medio de la madrugada, el presentimiento de ser observada me arrancó del sueño, forzándome a moverme rápido para tomar la navaja que descansa sobre la mesa de noche, afortunadamente mi arrebato no despertó a Delano que duerme desparramado a mi lado en la cama, sujeta un paño con fuerza en su mano, el que llevo en la frente cayó por la rapidez de mi actuar, ha estado cuidando de mí hasta el cansancio, le debo mucho.

Retrocedí con rapidez en cuanto vi la cara de mi esposo, sujeta la hoja del cuchillo con fuerza, lastimándose a propósito en vez de soltarla, la sangre escurre por su brazo, cayendo al piso, sus ojos no demuestran emoción alguna, su rostro pálido y no me dice si siente dolor, y está... rapado, cortó todo su cabello, casi no reconozco a la persona que tengo frente a mí.

— Suéltalo, te estás lastimando.

Le dije sin moverme ni un centímetro, temo mover la hoja de la navaja y lastimarlo más.

— Lo siento... había mucha gente, Jelena, perdón.

Dijo con la voz ronca y rasgada, sus ojos estaban rojos e inflamados, debe haber estado llorando.

Apretó más fuerte, provocando que más sangre escurriera de la herida.

— No, no vamos a jugar a esto, suelta la maldita navaja, te haces daño, Alexander.

— Perdón, Jelena.

— Suéltala, lo digo en serio.

— Perdón por no estar.

Suspiré agotada, soltando yo la navaja, viendo que él hizo lo mismo y la hizo caer acompañada de un ruido sordo cuando golpeó la cerámica, cayendo sobre su propio charco de sangre.

— No estoy enojada contigo.

— Pero deberías, soy una mierda, te dejé sola, yo debí estar aquí, pero en cambio está... Delano aquí, siempre está aquí.

Señalando al gusano que se arrastra por la cama hasta ponerme una mano sobre la panza, sólo entonces dejó de fruncir el ceño y siguió durmiendo, debe estar exhausto.

— No pasó nada entre nosotros.

Dije otra vez, desesperada porque me creyera, él no necesita más problemas de inseguridad ahora.

— Supe que Ivanna se fue.

Dijo en medio de un suspiro, mirando el lugar dónde Delano me toca.

— Sí — suspiré. Ese es otro problema que debo solucionar— Ella se enojó mucho conmigo y con Delano porque no le contamos lo que pasó, si le contamos, saldría a la luz lo que te pasó a ti y jamás te haríamos eso.

— ¿Delano prefirió dejar que se marchara antes de contarle lo que me pasó?

Se sorprendió.

— ¿Cómo es que no te das cuenta de que Delano todo lo que ha hecho desde siempre es velar por ti? Bueno, y por mí ahora también, Delano siempre ha estado para nosotros en las buenas y las malas, no entiendo por qué lo golpeas, lo excluyes o haces problemas de nada, nosotros nunca hemos cruzado la línea.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora