JELENA.
Me perdí en el placer por unos segundos, estoy segura que me desmayé un momento, sólo un momento, pero al despertar, este par había cambiado de posición, Delano estaba sentado en la cama, yo sobre él, su pene encajado en mi culo hasta el fondo, pero eso no es todo, mantiene sus manos tras mis rodillas, separándome las piernas a todo dar, ofreciéndome a Alexander, quien se quita el molesto cabello que por fin comienza a crecerle de la cabeza y se acerca a mí, masturbándose sin pudor alguno, con una sonrisa arrogante adornándole el rostro.
— ¿Ya regresaste, cosita? Porque es muy temprano para ir a dormir.
Paseando su pene por mis pliegues, empapándose de mis jugos, rozando mi clítoris con su glande, provocándole espasmo tras espasmo a mi cuerpo, me he corrido tantas veces que estoy sensible... y tengo sed.
— Alexander... — gemí— Ya deja de jugar...
Arqueando la espalda, esa simple acción me hizo jadear y clavarle las uñas a Delano de nuevo, su pene rozó muy en mi interior, logro ver el bulto que se produce en mi vientre y el cabrón lo está disfrutando, al ver lo que me provoca, comenzó a moverse, y así yo me hice incapaz de cerrar la boca.
— De... lano...
Gimotee apretando los dientes, mis pezones están tan duros y erectos que me lastiman, duelen.
— ¿Qué sucede bebé? — preguntó el medio peliblanco— ¿No te estamos atendiendo cómo corresponde? ¿Tu pecho reclama por atención?
— Oh, no te preocupes por eso — siguió el juego Alexander— Yo tengo la boca tristemente vacía.
Inclinándose hacia mí, metiéndose uno de mis pezones a la boca, succionando con fuerza, tragando rítmicamente, sin dejar de pasear su pene por mis pliegues, metiendo en mi vagina apenas la cabeza antes de retroceder y seguir esparciendo mis jugos en conjunto con su semen que se derrama de mi interior a borbotones... estoy tan llena...
— Ya... basta — gemí— Ya... alto — Alexander dejó mi pecho y atendió al otro, tragando también— Déjense de juegos y cójanme en serio.
— ¿Lo soportarías? — dijo con sorna el medio peliblanco— Te estamos dando tiempo para componerte, no sería divertido si te desmayas de nuevo.
— ¿Me dices débil?
Solté un grito al sentir a Alexander penetrarme con fuerza, esa pequeña acción hizo que me corriera de nuevo, tanto Delano como Sasha gimieron en medio de un gruñido, mis paredes los estrujaron y probablemente los estoy lastimando, soy consciente de que mi tamaño y sus miembros no son muy compatibles, pero lo hacemos funcionar, nos arriesgamos.
— ¿Aún quieres coger en serio?
Preguntó Alexander lamiendo mi pezón, provocándome espasmos por cada contacto de su lengua con mi sensible monte.
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Condéname (+21) #2
RomansaLIBRE DE PECADOS 2 Jelena siempre supo que su vida no era un cuento de hadas, sólo... no pensó que el infierno siempre fue su hogar, no pensó que las pesadillas y los demonios la acechaban incluso antes de nacer. Viktor le quitó todo, la posibilidad...