Capítulo 27

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DELANO

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DELANO.

Mis manos hierven, mis palmas pican, todo mi cuerpo está despierto, muere de ansias por toca a la mujer que está frente a mí, pero hoy no es mi momento, es momento de ayudar a Alexander, nada me haría más feliz que cubrir las necesidades físicas de esta mujer, desearla y hacerle saber que la amo con cada caricia, cada beso, cada roce, cada penetración, me encantaría poder hundirme en ella y perder la noción del tiempo en un vano intento de calmar las ansias acumuladas de ella.

Dudo algún día cansarme de poder sostenerla, no creo en Dios, pero la mera existencia de Jelena es una completa bendición para mí.

Desde que Lena llegó, yo dejé de sentirme sólo, Alexander siempre estuvo, sí, pero desde que ella llegó a nuestras vidas, él dejó de alejarme y comenzó a sentir, permitirse sentir, ser feliz y vivir.

Todos comenzamos a vivir cuando esta... cosita insignificante se metió a nuestros corazones a la fuerza.

— ¿Qué ocurre, muñeca? ¿Tímida a estas horas? No te conocía esta faceta.

Dije en susurro, recorriendo sus brazos con mis manos de forma lenta, disfrutando de sus vellos erizados, la forma en la que acomoda la espalda en mi pecho y echa su cabeza hacia atrás, permitiéndome hacer mientras toda ella tiembla de las ansias.

Estoy muy seguro de que lamenta tanto como yo el no poder tener sexo, su cuerpo ruega para que lo toque, y a la vez, añora que Alexander pueda ser capaz de tocarlo.

— Tímida no, caliente, estoy en llamas, deseosa — se sinceró— Pero hoy no es mi momento, es momento de Alexander, esto es por él. Tenemos que aguantar, lo siento.

Dijo con pesar, levantando una de sus manos para apoyarla sobre la mía, trazando lentas caricias, eso fue suficiente para que yo supiera que también se preocupa por mis necesidades, ella se preocupa por mí, me quiere, me lo ha hecho saber seguido, me siento... pleno aquí.

— Yo no... no sé si funcione — Alexander palideció— Quizá sí debas jugar sólo con Delano, yo puedo... puedo mirar, eso funciona, entonces...

— No — lo interrumpió su esposa— Jamás sabremos si funciona si no lo intentamos, sólo lo intentaremos, sin presiones, lo sabes.

Estirando su mano para tocar su pecho, Alexander no retrocedió, eso fue un alivio para esta mujer quien botó el aire contenido en un tembloroso suspiro, está nerviosa y ahora entiendo que no son sólo temblores de ansias, ella no quiere que su esposo se ponga mal, quiere protegerlo y amarlo, sólo que en ocasiones lo que sale de su boca, lo que hace y lo que piensa no se comunican, y eso la frustra, sobre todo después de lo que Can le dijo, se ha sentido muy frustrada.

— No sé si pueda complacerte, Jelena — le dijo Alexander sin moverse, pero tenso— No sé si pueda tolerar tus roces, te amo, nunca lo dudes, te amo demasiado, pero puede que esto sea demasiado para mí, cuando lo intentas, mi mente se... llena de pensamientos de esas mujeres, de Annika, de mí, incapaz, atado, forzado, y yo...

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora