Capítulo 5

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LAS LEO BBCITAS, BIENVENIDAS

LAS LEO BBCITAS, BIENVENIDAS

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JELENA.

Lo que sucedió con Zara arruinó el ambiente para todos, es más, no quiso hablar ni dar más detalles, eso hizo que mi mal humor no me permitiera disfrutar de la fiesta para despedir a los mexicanos, lo cual me hizo una horrible anfitriona.

Afortunadamente Alexander es mejor mentiroso que yo y supo mantener las formalidades y diplomacia mientras yo estaba con cara de culo y en el proceso se me escaparon dos tiros para dos imbéciles que se sintieron valientes cómo para preguntar "Por qué" cuando les ordené algo.

Pero esto no se quedará así, ya todos intentaron a la buena sacarle información a mi madre, ahora me toca a mí, mañana a primera hora llegan mis regalos para ella, estoy segura de que querrá hablar cuando se los muestre, a mí no me volverá a ver la cara nadie, mi familia es primero siempre y si ella es una amenaza, pues tendrá que ser eliminada.

Miré a mi costado, viendo a mi marido sentarse y mirarme sonriente, suspirando, apretando la manta a mi alrededor para que no pasara frio, extendiéndome un chocolate caliente que huele delicioso.

— ¿Cómo supiste que estaba aquí?

Pregunté.

Son las tres de la mañana, salí en silencio del cuarto hace poco menos de media hora porque lo que tengo pensado hacer mañana no me deja dormir, estoy ansiosa y sigo molesta.

— Te busqué mientras dormía, tu lado de la cama estaba vacío y frío, me levanté y me vestí pensando que quizá estabas con los niños, pero ellos estaban plácidamente dormidos, Sasha estaba ahí también así que no lo sacaste, luego pensé que quizá estabas en la cocina porque tenías hambre, lo cual es un poco ilógico porque prácticamente hay que darte muy buenas razones para que comas, te preparé chocolate caliente y fui al despacho pensando que quizá fuiste a trabajar, pero nuevamente no había nadie, me asusté y salí aquí a buscarte, afortunadamente te ocultaste aquí bajo la pérgola, la madera corta un poco el frío y el sofá es cómodo.

Calenté mis manos con la taza y me incliné hacia él, besando su mejilla para agradecer el gesto, sonriéndole.

— Dije que no iba a irme ¿Me buscabas así por eso?

— Temo que algún día te aburras de mí, nuevamente mi familia está dando problemas.

— Es mi madre la que representa problemas ahora.

Respondí, dando un sorbo.

— Pero por culpa de mi familia.

— Las familias son un problema — bufé— ¿Por qué joder se entrometen en lo nuestro? ¿Por qué tenemos que dar explicaciones y cumplir con expectativas? No entiendo — negué— Pero créeme, haré lo que tenga que hacer, mañana...

Alexander se estiró, sujetó mi rostro y plantó un beso en mis labios para callarme, manteniéndome sujeta para que no pudiera desviar la vista.

— Mañana nos preocupamos de mañana, hoy... relájate, bebé, estás muy tensa.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora