JELENA.
Desperté agitada, tomando asiento con rapidez en la cama de hospital, visto una bata y logro sentir la falta de brasier, estoy bien tapada y hay una vía en mi mano izquierda, toco mi panza y siento el alivio recorrerme al ver que está ahí tal y como estaba antes de dejarme llevar por las emociones abrumadoras y el dolor, perdiendo la conciencia, no hay nadie aquí dentro a quién pueda preguntarle qué sucedió, lo que sí veo es el día en el exterior y mi móvil descansar sobre la mesa.
Mi primera reacción fue alcanzar el móvil a pesar del dolor punzante que me atravesó, marqué primero a Alexander, maldiciendo al escuchar el tercer buzón de voz, él simplemente no me contesta, mi segunda opción fue Delano, quien tampoco contestó, y ya no sabía a quien más llamar, supongo que, por jerarquía, así debería ser.
Mi tercera opción fue Misha, gracias al diablo este sujeto sí contestó y de inmediato.
— Bombón ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?
— Me encantaría saber cómo están mis bebés, a la mierda conmigo ¿Dónde está todo el mundo?
— Fuera de la habitación hay seguridad, está Irina y Luka esperando a que despiertes, sacaron a todos de tu habitación cuando le dieron las noticias a Alexander y este golpeó a Delano hasta que llegó la seguridad del hospital, la OMON y la SOBR, para separarlos y llevárselos el diablo sabe dónde, sigo buscando como...
La OMON es la policía antidisturbios y la SOBR son las fuerzas especiales de la policía, sólo les faltó traer al ejercito ¿Qué se creen llevándose a mi marido y mi segundo?
— ¿Buscando? ¿Aún no los encuentras?
— ¿Quién te crees, mocosa? Claro que los encontré, sólo que no me dejan hablar con ellos, ni entrar a la mierda de base, ni nada de eso, no sé cómo están.
— ¿Hace cuánto de eso?
Pregunté.
— Fue en la madrugada, no sabría exactamente a qué hora, me puse a trabajar de inmediato.
Suspiré.
— ¿Alexander es el único que sabe cómo están los bebés?
— Sí guapa, lo lamento... le dieron las noticias a él por ser tu esposo, salió y comenzó a golpear a Delano, así que... nadie más sabe.
— Ok, pues ese par se va a tener que esperar. Te llamo en un rato.
Corté la llamada y busqué por todas partes el botón para llamar a la enfermera hasta que por fin di con él, presionándolo repetidas veces hasta que la bonita mujer vestida de azul entró al cuarto con una ficha entre las manos.
— Mis bebés ¿Cómo están mis bebés?
Pregunté de forma inmediata, incorporándome en la cama.
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Condéname (+21) #2
RomanceLIBRE DE PECADOS 2 Jelena siempre supo que su vida no era un cuento de hadas, sólo... no pensó que el infierno siempre fue su hogar, no pensó que las pesadillas y los demonios la acechaban incluso antes de nacer. Viktor le quitó todo, la posibilidad...