Capítulo 39

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JELENA.

Esperé pacientemente para comprobar que mi mente no me estaba jugando una mala pasada y realmente se trataba de ese par de idiotas que, al parecer, no valoran suficiente su vida para retenerme aquí en espera de que mis maridos vengan a buscarme, porque si se lo proponen, levantarán cada roca y amenazarán a medio país con tal de dar con mi paradero, ellos son de temer, no por nada son el Boss y el Underboss de la Bratva.

Rodé los ojos al verlos entrar en la cocina, tan radiantes y frescos que me duelen los ojos al mirarlos, yo me siento de la mierda y probablemente me veo de la mierda, ni siquiera me he lavado la cara, así que... estoy envidiosa.

— ¿Qué pasó ayer?

Pregunté mirándolos fijamente, quizá de esa manera recuerde cómo joder llegué aquí.

— Veo que ya conociste a mi futura esposa — dijo Connor, sonriente, caminando hacia Nina para besarla en la boca a modo de saludo— A que es hermosa, es la mujer más hermosa que he visto.

Embelesado.

¿Y su esposa sabe lo que pasó ayer? Porque... pasaron muchas cosas, estuvo muy loca la despedida de solteros en el pent-house.

— Sí, sé lo que estás pensando — dijo Nina, sonriéndome— Ayer fue su despedida de soltero también, todo permitido por última vez, pero sin darme detalles, pero de ahora en adelante, si voltea a ver a otra mujer...

Tomando un cuchillo, clavándolo en la tabla de picar con tanta fuerza que lo dejó ensartado, haciendo temblar a Connor.

— Lo tengo muy en cuenta, mi amor — respondió este, llevándose las manos a la entrepierna, protegiéndose— No miraré a otra nunca más, me sacaré los ojos por ti.

Kieran carcajeó, negando, acercándose a mí, besando mi mejilla y la de Nina a modo de saludo, dejando la bolsa del supermercado en el largo mesón.

— Eres un bastardo extremista — bromeó el moreno— Mira que sacarse los ojos y privarte de la hermosa vista que tendrás para el resto de tu vida.

Alagó este a la mujer de su amigo.

— El coqueteo por las mañanas hace que me dé jaqueca...

Masajeándome la sien.

— No, lo que tú tienes es una cruda impresionante — dijo Connor, señalándome— Delano gritó algo como "Dile a la vaca que se ordeñe o se afiebrarán"

Negué sonriendo, ese idiota siempre preocupado a los detalles... a su manera.

— Supongo que la vaca eres tú.

Dijo Kieran.

— Sí, esa soy yo — carcajeando bajo— Par de idiotas, me llenaron de críos.

— ¿Cuántos hijos tienes?

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora