Capítulo 37

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JELENA

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JELENA.

Cuando hablamos sobre la mejor despedida de solteros de todos los tiempos, definitivamente no me lo imaginaba así, menos con mis parejas por aquí, digo... en las despedidas de soltero se despide la soltería, valga la redundancia, entonces... ¿Cómo lo hacemos nosotros? Si los miran, me pongo celosa, y si me miran, se ponen celosos, la cosa está bastante peligroso, a este paso, habrá un montón de muertos.

— Bueno ya, me aburrieron las guerras de miradas, es una noche sin armas, somos todos solteros hoy.

Dijo Misha, repartiendo tragos para todos, muy cómodo tomando asiento con una rubia sobre las piernas, él no desaprovecha el tiempo.

— Si se te olvidaba, Misha, yo ya estoy casado.

Le recordó mi marido, bebiendo de su whisky, alzando una ceja con bastante molestia.

— Bueno, haber ¿Qué propones?

Pregunté a mi descerebrado amigo, más abierta a las posibilidades que mis hombres.

— Propongo cubrirles los ojos, una canción morbosa en dónde pase lo que tenga que pasar y ya está, somos todos solteros hoy, todos — señaló Misha a Alexander— Mañana todos seremos casados, pero mañana.

— Nosotros seremos los casados, no ustedes — aclaró Delano— Y no quiero meter la pata, yo sí quiero casarme, no dejaré que me pongan las manos encima.

Definitivamente la despedida de solteros tuvimos que haberla hecho separados, ya veo por qué hacen una de chicas y otra de chicos, así la cosa no funciona.

— Ok, a la mierda, me aburrieron todos — Se levantó Rufus— Manos a la obra, no vamos a seguir preguntando, sujétenlos y amárrenlos en una silla, de que van a tener su ultimo bailecito sexy lo van a tener o a mí se me caerá el pito esta noche y el culo de Lev estará muy triste por ello.

Carcajee viendo el sonrojo de mi amigo, mientras se pone de pie y golpea a su novio en el hombro, sonrojándose más al escuchar como todos nos reímos.

— ¡Oye! ¡Yo no he dicho que sí! ¡No he dicho que sí!

Grité y patalee en cuanto Misha me levantó en cuanto estuve desprevenida, sujetándome por los brazos y las piernas, acomodándome sobre sus hombros, riéndose a carcajadas mientras corre conmigo a cuestas y los chicos se encargan de mis maridos, quienes no opusieron mucha resistencia tampoco, siendo llevados a la tarima, donde Akim ya estaba hablando con el presentador que los novios se dignaron a participar en las lujuriosas actividades.

— ¡Te voy a pegar un tiro en el culo! ¡No después de mi sorpresita!

Dijo malicioso, dejándome caer sobre una silla, recibiendo las cuerdas que le lanzó... Connor, mi intimo amigo vedetto que me enseñó todo lo que sé sobre las partes sensibles de un hombre, dónde lamer, donde succionar, cómo moverme, él fue mi profesor.

Condéname (+21) #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora