CAPITULO VIII

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— NO MUY FELIZ NAVIDAD —

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— NO MUY FELIZ NAVIDAD —

La víspera de Navidad había llegado y Kaia estaba sumamente nerviosa por lo que había planeado con sus amigos, debía comportarse en la cena con su familia y que nada saliera mal, ya que si eso pasaba sería un riesgo salir por la incertidumbre de que entrarán a su cuarto para hablar con ella en algún momento de la noche.

En esos momentos se encontraba frente al espejo de su habitación, veía su reflejo y sonreía al ver lo bien que contrasta su cabello rojo y el vestido verde esmeralda.

Durante la mañana recibió una simple nota por parte de Brook dónde le decía que a las diez de la noche la esperarían y la Potter le había respondido para que supiera que confirmaba que había leído su recado.

Kaia suspiro y justo en ese momento alguien tocó la puerta de su habitación.

— Kaia. — La voz de Fleamont Potter se logró escuchar al otro lado de la puerta. — ¿Puedo pasar?

La chica frunció el ceño, pero aún así respondió.

— Está abierto, papá — En cuánto la chica termino de hablar su padre entro por la puerta y la miro con un brillo inusual en sus ojos.

— Te vez preciosa. — Dijo Fleamont mientras se acercaba junto a su hija al espejo. — Me recuerdas a tu madre.

Kaia no pudo evitar sonreír por las palabras de su progenitor.

— Gracias papá.

Fleamont se arregló el cuello de su camisa y mientras se analizaba el rostro soltó una risa.

— Por Merlin, me veo muy viejo — Ambos rieron por lo que el señor Potter había dicho.

Si bien, lo que había dicho no era total mentira si había un detalle que se le escapaba. Y es que el no se veía como un mago de su edad, los señores Potter siempre han aparentado tener menos edad y al parecer, Kaia había heredado eso de sus padres.

— Debemos bajar o James ya no sabrá que más contarnos sobre Lily Evans. — Fleamont salió de la habitación de su hija dirigiéndose hacia el comedor.

Kaia cerro la ventana de su habitación y salió mientras cerraba la puerta. Bajo las escaleras y cuando entro al comedor noto que era la única que faltaba.

La chica tomo el lugar que le corresponde y Euphemia le sonrió.

— Mis hijos son muy guapos. — Dijo la mujer mientras veía maravillada a James, Kaia y Sirius. — Por favor, levantense y vayan enfrente de la chimenea.

Euphemia se levantó y desapareció por las escaleras y los tres chicos junto a Fleamont siguieron las indicaciones de la mujer.

Euphemia llegó con una cámara fotográfica en sus manos. Kaia y James no pudieron evitar hacer una mueca pero Sirius no pudo evitar sonreír ampliamente.

— Kaia colócate en medio y Sirius a su derecha mientras James a la izquierda... — La señora Potter les daba indicaciones que sus hijos seguían. — Sonríe más Kaia... Sirius mueve un poco tu cabello porque tapa tu rostro... y James acomoda tus gafas...

Después de un muy buen rato, por fin la foto había salido muy bien y Euphemia parecía estar muy feliz, ya tenía otra foto para poner en el recibidor, la podría poner en la sala de estar pero ya tenía demasiadas fotos de Kaia, James, Sirius, Peter y Remus, que realmente no había espacio para otra más.

Después de la toma de fotos, la familia Potter se dispuso a cenar. La señora Potter se había esmerado y había hecho un gran banquete para navidad y desde la primera cucharada Kaia estaba segura que superaba en creces al de Hogwarts.

— Está delicioso, Mamá. — Kaia dijo mientras llevaba otro bocado a su boca.

— Te luciste, madre. — Fue el turno de James para elogiar la cena, mientras Sirius no paraba de saborear como un perro cada bocado.

La cena marchaba muy bien que en realidad Kaia no supo el momento en que James y ella comenzaron a gritarse, pero ahí estaban ambos, uno frente al otro.

— ERES DETESTABLE. — James le gritó. — IGNORAS TODO LO MALO QUE HACEN ELLOS.

— NO TRATES DE INSULTARME CON ESO, QUE REALMENTE TODO LO QUE SALGA DE TI NO ME INTERESA Y NO ME IMPORTA. — Kaia le gritó también.

— PIENSA UN POCO, SE INTELIGENTE Y...

— ¿Me hablas de inteligencia tu? — Kaia comenzó a hablar más calmada.— Que llevas seis años atrás de una chica que no le interesas y te lo ha dejado en claro en varias ocasiones, te humilla y te insulta frente a los demás.

James se quedó callado y desvío su mirada hacia otro lado.

— Lily no te quiere, deberías tener un poco de amor propio y alejarte de ahí.  — La chica dejo sus cubiertos en la mesa y miro a sus padres. — No tengo hambre, disfruten la noche.

La pelirroja subió las escaleras, mientras James seguía sin moverse y Sirius llevaba una cucharada de puré de papa a su boca mientras veía a Euphemia y Fleamont.

Kaia entro a su habitación y no pudo evitar soltar un grito cuando vio que está no se encontraba vacía.

Kaia entro a su habitación y no pudo evitar soltar un grito cuando vio que está no se encontraba vacía

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Sempiterno | Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora