CAPITULO XXX

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— EL FIN DE UNA ERA —

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— EL FIN DE UNA ERA —

Si a Kaia le hubieran dicho un año antes que sería nombrada premio anual, seguramente se les hubiera burlado en el rostro.

Si le hubieran dicho que el haber residido en la torre de premios anuales haría que la chispa que antes se había apagado en el águila y la serpiente se prendería y desataría un ardiente incendio, también se hubiese burlado.

Pero ahí está, una noche antes de que todo termine entre los brazos de Regulus Black, mientras la chimenea se iba apagando poco a poco y solo podían escuchar sus propias respiraciones.

La graduación de los Merodeadores fue un buen momento para Kaia, las cosas se volvieron realmente poco creíbles. James y Lily se casaron el anterior invierno y se habían unido a una asociación que Dumbledore había fundado para luchar contra el nuevo mago tenebroso.

La mente de Kaia iba a mil por hora, estaba pensando muy bien en lo que diría, sabía que todo lo bonito de los últimos meses se esfumaria y estaba preparada.

La pelirroja se deshizo del agarre del Black y se volteo, de tal forma que quedarían frente a frente.

El la miro embelesado, el cabello pelirrojo le caía por ambos lados de la cara, los ojos avellana lo miraban con seguridad y sus mejillas teñidas de color carmesí la hacían ver adorable, Kaia Potter es perfecta ante los ojos de Regulus Black.

— Debemos hablar...

— Lo se. — Regulus Black la interrumpió.

Kaia asintió.

— Tu nunca vas a abandonar tus ideales por mi...

— No abandonaré a Julia — Regulus corrigió. — Es difícil, no lo entenderías y...

— Ni siquiera has tratado de explicarme — Kaia le dijo. — Creo que merezco una explicación.

Regulus no hablo. Solo miraba a la pelirroja en silencio.

— Entiendo — Kaia se levantó del sillón. — Era estúpido creer que habría algo más. Todo se queda en Hogwarts.

Esa noche Kaia subió y se encerró en su habitación y Regulus se mantuvo frente a la chimenea, sabía que hizo lo correcto pero estaba dejando ir al amor de su vida.

Faltaba menos de una hora para tener que subir a los botes y después tomar el expreso de Hogwarts. Pronto todo terminaría.

Kaia Potter se encontraba contemplando el lago negro y en ocasiones veía como el calamar gigante sacaba sus tentáculos fuera del agua.

Escucho que alguien se acercaba por el ruido de sus pasos y ni siquiera tuvo que voltear para darse cuenta de quién era.

El la había citado ahí y justo esa persona había llegado. El chico se posicionó a un lado de ella, al igual que la Potter se quedó observando el lago.

Un viento delicado hizo que el cabello rojizo de la chica volará y fue cuando el volteo a ver su perfil, se mantenía serena y sin expresión alguna.

— Falta poco — Dijo Regulus Black.

Kaia asintió mientras volteaba a verlo y se acercaba hasta quedar frente a el. Sus ojos avellana no abandonaban el color tormenta de el.

— Muy bien — Dijo ella.

Cómo si estuvieran sincronizadas, ambos avanzaron al mismo tiempo y se unieron en un beso.

Parecía una película de romance, ambos amantes dándose su último beso frente al lago negro, ambos despidiéndose, porque apesar que sus latidos serán dedicados para el otro, ellos no podrán estar juntos. Pero sus suspiros y sentimientos serán para ellos, por lo que pudieron ser pero que jamás pudieron lograr.

Kaia Potter y Regulus Black se despedían, pero no sabían que su amor fue tan grande y maravilloso que logrará el mejor de los acontecimientos.

Kaia Potter no estaba preparada para lo que se aproximaba.

Una guerra se alzaba, dos bandos se formaban, muertes se aproximaban y varias profecías se idealizaban.

Sempiterno | Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora