CAPITULO XIV

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— DE CAMINO A CASA —

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— DE CAMINO A CASA —

Kaia Potter fue dada de alta al tercer día de haber ingresado a la enfermería y durante ese día no se presentó a ninguna comida. Se dedicó a ordenar sus cosas, ya que debido al ataque Dumbledore los mando a casa unas semanas antes de las vacaciones.

El trío de Slytherins estaban preocupados y hasta habían convencido a Maia de ir a ver a Kaia a su habitación, pero la chica Potter solo le dijo que estaba bien y ni la puerta le abrió. Eso mantuvo a los Slytherins preocupados.

Pero toda preocupación se disipó cuando iban caminando para tomar el tren y observaron a una chica con cabellera rojiza arrastrar su baúl mientras se dirigía a la locomotora.

Brook apresuró su paso y llegó a lado de Kaia Potter, que nisiquiera se dio cuenta de su llegada, y se preparo para hablar.

— ¿Cómo estás? — Brook preguntó.

— Eh... ya mejor — Kaia respondió mientras le daba una pequeña sonrisa.

Ambas chicas subieron juntas al tren y poco después se unieron Rabastan y Regulus. Durante las primeras horas nadie dijo alguna palabra, todos se mantenian en silencio y llegaba a ser algo incómodo.

Brook suspiro y miro a Rabastan con una sonrisa.

— Tengo hambre — Brook dijo.

— Ve y compra algo — Dijo el Lestrange.

— No quiero ir sola — Brook hizo un puchero mientras veía a Rabastan.

— Pues deberías esperar a que la señora pase por aquí — Rabastan le dio una corta mirada antes de cambiar la hoja del libro que leía.

Brook hizo sus ojos hacia arriba.

— Quiero que me acompañes — Brook miro al Lestrange y el alzó la mirada.

— Ah — Musitó el mientras dejaba su libro a un lado y se ponía de pie. — Vamos.

Rabastan abrió la puerta y dejo salir primero a Brook para después el salir también.

— ¿Porque eres tan estúpido? — Se escuchó que Brook le dijo, pero sus voces se iban apreciando cada vez menos.

Kaia estaba atenta a la ventana y Regulus no sabía que hacer. No había hablado con ella desde la enfermería y sentía que entre más prolongue una separación más le dolerá.

Simplemente no quería dañarla, pero sabía que en algún momento sucedería.

— ¿Estás bien? — Regulus salió de sus pensamientos cuando escucho la suave voz de Kaia. Volteo a verla y la vio aún observando la ventana.

— Eh... si — respondió Regulus mientras aún veía a la chica, ella volteo no mucho después.

— Luces preocupado — Kaia le dijo. — ¿Ha sucedido algo?

— No, por ahora todo va bien — Respondió el mientras se levantaba y se arrodillaba frente a Kaia.

— ¿Que dirán los demás al ver a el heredero de los Black arrodillado ante una traidora a la sangre? — Kaia sonrió.

— Capaz que esa traidora a la sangre me sedujo y dio una poción de amor —. Bromeó el.

— Ya lo creo.

Ambos rieron, para después detenerse y mirarse a los ojos.

— No se que estamos haciendo — Kaia susurro.

— Ni yo —. Regulus dijo para después cortar la distancia entre ambos y fundirse en un beso.

•••

Kaia bajo del tren y volteaba a su alrededor tratando de encontrar a sus padres. Logro encontrar a James y camino hacia ahí encontrandose a James con Lily Evans.

Kaia no pudo evitar fruncir el ceño. Ella recordaba escuchar a Lily despotricar contra James en los pasillos y ahora los ve ahí, platicando muy contentos.

Negó y pasandoles por un lado, continuo buscando a sus padres. No tardó mucho en ver a su madre abrazando a Peter y se encamino mientras arrastraba su baúl.

La primera persona que la noto fue su padre y rápidamente la envolvió en sus brazos.

— Mi pequeña — Decía Fleamont mientras le dejaba un beso en la frente — ¿Cómo fue?

— Todo bien — Kaia respondió. Al parecer no estaban enterados de los últimos acontecimientos y eso la alegraba.

Después fue el turno de Euphemia para abrazar a su hija y duraron así hasta que la matriarca de los Potter se dio cuenta de algo.

— ¿Y James? — Preguntó ella mientras veía a los tres Merodeadores y Kaia.

— Con Lily Evans — Kaia dijo — Lo he visto cuando venía hacia acá. Me he sorprendido que no le haya dado una patada en el trasero y lo haya insultado de tres maneras distintas.

— Kaia — La reprendió su madre.

— Es la verdad — La pelirroja alzó sus manos y luego llegó James siendo recibido de la misma manera que su hermana.

No mucho después se acercó Lyall Lupin, el padre de Remus, y la señora Marie Pettigrew, la madre del pequeño Peter.

Kaia esperaba a un lado de su familia, mientras todos ellos se despedían.

— Nos vemos después, Kaia — La señora Pettigrew le dio un corto abrazo y la chica lo recibió mientras le sonreía.

— Que les vaya bien, señora Pettigrew.

Lyall Lupin se despidió de Kaia mientras le revolvía el cabello y Remus le sonrió.

No pasaron muchos segundos para que después toda la familia Potter apareciera en la entrada de su hogar.

Kaia subió a su habitación y la encontró exactamente igual a cuando se fue en las vacaciones de Navidad. Vio por la ventana que afuera comenzaba a llover y es que ella no lo sabía.

Pero en la ciudad de Londres, dos jóvenes están siendo marcados y obligados a adentrarse en la oscuridad.

Lo que no saben es que es muy difícil salir de ella.

Lo que no saben es que es muy difícil salir de ella

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Sempiterno | Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora