Capítulo 6

415 16 0
                                    

Jimena: ¿Ha ido todo bien?

Yo: Está todo, las fotos, uniformes, y algo de ropa para todos – dije poniendo las bolsas en las escaleras.

Mario: Vamos a ver, ¿yo con quién estoy hablando?


Vale, me he perdido. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué Mario está tan histérico? Bueno, la verdadera pregunta es, ¿cuándo no está Mario histérico?


Jimena: ¿Qué ha pasado?

Sandra: ¿Que qué ha pasado? Pues que se ha puesto a robar en medio de la tienda y luego a desaparecido delante delante de todo el mundo – dijo mirando a Culebra y levantando la voz.


Yo como no quería entrar en polémicas, me senté con Valeria, Lucía y Carlitos en el sofá.


Culebra: Bueno, pero que no me ha visto nadie.

Sandra: Bueno, es que solo faltaba eso.


Vale, Sandra se estaba poniendo nerviosa, la tele cambiaba el canal cada dos por tres.


Sandra: Y todo ¿por que? Pues por dejar a un chico en ridículo.

Culebra: Eh, que se lo ha buscado él.

Jimena: Chicos basta eh.

Sandra: Mira, eres un animal eh. Y ¿sabes lo peor de todo? Que creo que eres un peligro para todos nosotros.

Culebra: ¿Qué soy un peligro? Eh, que no soy yo el que va casi matando gente por ahí eh.

Jimena: ¡Suficiente!

Sandra: Mira, ¿por qué no te largas de una vez y nos dejas en paz?

Culebra: Eh, eh, eh, relájate chispas.

Sandra: ¡Qué no me digas que me relaje!
ㅤㅤ

Salió una chispa de la tele.


Carlitos: ¡Ah!


Corrió hasta Sandra, pero Sandra estaba en mangas cortas y electrocutó a Carlitos.


Carlitos: ¡AH! ¡AH! ¡AH! – empezó a saltar agitando la mano.

Mario: ¡Carlitos! ¡A ver!


Mario se llevó a Carlitos a la cocina para curarlo. Culebra se fue para arriba, pero antes Jimena le avisó de que luego hablaría con él. Sandra se disculpó con Carlitos por haberle hecho daño y Valeria y Lucía pasaron gran parte de la tarde con él. Alex se fue arriba, creo que a hablar con Culebra. Sandra se sentó a mi lado y yo la convencí de que no pasaba nada, que no era su culpa, ella no podía controlar su poder todavía. Y creo que Leire estaba arriba con Alex y Culebra. Creo que ella va a ser la que se entere de los cotilleos de la casa, así que ya tengo con quien charlar de lo que pase. Por la noche no cené, ya no tenía ganas, y me quedé en el sofá leyendo. Oí a Lucía y a Valeria por el pasillo, luego salió Carlitos de la cocina.


Yo: Che, enanos, ¿dónde vais?

Lucía: Nos vamos a dormir ya.

Yo: Bueno, ¿y el beso?


Los tres se acercaron a mí y les di a cada en la mejilla y les deseé las buenas noches, no sin antes preguntarle a Carlitos como tenía la mano. Me dijo que aún le dolía pero que estaba bien. Al final subieron y luego bajó Culebra. Jimena y Mario se acercaron a él, que estaba en la escalera. Yo parecía invisible, nadie me echaba cuenta.


Culebra: ¿Qué?

Mario: Ah no. No, no, no, no, perdona, pero no. ¿Cómo vamos a meterlo en este follón?

Jimena: Tiene muchas más experiencia que nosotros Mario.

Mario: Mira, yo no sé cuál es la regla, pero una regla aquí seguro que nos estamos saltando.

Jimena: Si no hay documentos no hay reglas y no hay nada.

Culebra: Hola. Estoy aquí, eh.


Me reí, por lo visto no era la única ignorada.


Jimena: Necesitamos tu ayuda. Tenemos que distraer a alguien.

Yo: Yo quiero ir.

Mario: Tú te quedas aquí y que no le pase nada a la casa.

Yo: Para eso ya están Sandra y Alex, incluso Leire. Además, yo también os puedo ayudar, puedo hacerme invisible o algo.

Jimena: Hombre, nos puede ayudar.

Culebra: Pero si no controla.


Al final se fueron sin mí. Maldito Culebra. Subí las escaleras y comprobé que todos estaban en sus respectivas habitaciones. Pero Lucía estaba despierta. Me acerqué a ella.


Yo: ¿Qué te pasa peque? ¿Por qué no te duermes?

Lucía: ¿Tú crees que los Reyes son magos?


Vaya, no me esperaba la pregunta y no me dio tiempo a responder cuando me leyó la mente.


Lucía: Ya, yo tampoco.

Yo: Pero a mí no me hagas caso, es que yo me he enfadado con ellos porque cuando eres mayor ya no te traen lo que pides.

Lucía: A mí tampoco me han traído lo que yo quería. Ni lo primero ni lo segundo. No me han traído a mi papá y ahora voy a tener que volver al orfanato.

Yo: Pero ¿por qué dices eso? Seguro que no. Estamos todos aquí. Y yo no voy a dejar que te lleven a ningún sitio.

Lucía: Mario piensa sí. Que algo va a salir mal y que nos vamos a tener que separar. Cada uno en su casa y Dios en la de todos. Eso dice. Pero, yo ya no tengo casa...

Yo: Pero, pero bueno, ¿eso lo has oído en su cabeza?


Ella asintió.


Lucía: Así que yo no le voy a pedir nada más a los Reyes. Yo también estoy enfadada con ellos.

Yo: Bueno, tú duérmete. ¿Vale? Que pase lo que pase mañana, tú no vas a volver al orfanato, te lo prometo.


Ella me abrazó. Y luego le di las buenas noches. Luego fui a la mía, y Sandra y Alex estaban hablando.


Yo: ¿Molesto?

Sandra: No, que va, pasa.

Alex: También es tu habitación.

Yo: Bueno, yo pregunto por si acaso.


Estuvimos charlando de todo un poco hasta que llegó Culebro. Llamadme infantil, pero estaba un poco enfadada con él porque no me habían dejado ir con ellos. En parte él tenía la culpa porque dijo que no controlaba y eso. Así que me tumbé y me dormí, dejando a medias la conversación por mi parte.



---Al día siguiente---

Me desperté por la alarma, y vi que Culebra y Alex ya se habían levantando, porque no estaban en la cama. Sandra seguía dormida, así que la desperté meneándola un poco. Me puse el uniforme y fui a despertar a las niñas, las ayudé a vestirse y bajé de la mano de ㅤ
ellas. Lucía tenía miedo de que al final si se fueran a ir a Francia, así que por eso bajé con ella. Abajo estaban ya todos.


Mario: Vale, pues tú lo traes y ya lo escondo yo en calcetín – le dijo a Jimena.

Jimena: Claro, como ahora tenemos al James Bond para protegerlo.


Ellos dos y Culebra empezaron a reírse. Al darse cuenta de que entramos en la cocina se nos quedaron mirando todos.


Jimena: ¿Qué tal chicas?

Mario: Que guapas con el uniforme, ¿no?


Lucía y yo nos miramos.


Carlitos: Culebra, ¿puedes hacer que las cosas desaparezcan?

Culebra: Solo las muy pequeñas, y con gafas.


Los demás volvieron a reírse.


Jimena: Bueno, nos vamos. Primer día, todo va a salir bien, ya veréis.


Todos pasaron por nuestro lado y yo me agaché junto a Lucía.


Yo: Pero bueno, ¿tú no me habías dicho que él se quería ir?

Lucía: A lo mejor los Reyes Magos me han hecho caso.

Los protegidos y tú (Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora