Parte sin título 49

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Culebra: Eh, pues por ahí.

Yo: Culebra yo, quería pedirte perdón por lo del ordenador. No debí tocar nada sin tu permiso.

Culebra: No, tranquila, no pasa nada.

Yo: No, si, si pasa. Porque fui yo la que te dije que cada uno fuésemos a lo nuestro. Pero bueno, eso no significa que no podamos ser amigos ¿no?

Vale, estaba hablando sin pensar. ¿Que estoy diciendo?

Culebra: ¿Amigos?

Exacto, imposible ¿verdad?

Yo: Sí, que no hay motivos para que no podamos hablar, ni contarnos nuestras cosas.

Soy tonta.

Culebra: No claro. Claro, pero, es que he quedado para que me den, me den unos apuntes eh, ¿te importa que hablemos de esto en otro momento?

Yo: No.

Si.

Culebra: Vale.

Terminó de comerse una magdalena y se fue corriendo. Sí, tal vez lo siguiera un poquito, pero solo un poco. Estaba en lo correcto, iba al embarcadero. Se me fue la mitad de la mañana en llegar allí. Y creo que sabía que iba detrás de él, porque se hizo invisible.

Culebra. ¿Por qué me sigues? – apareció a mi lado.

Yo: ¿Yo? Pero si yo no te estoy siguiendo.

Que bien disimulas, eh.

Culebra. ¿Ah no?, y has venido al bosque a coger amapolas ¿no?

Yo: ¿Y tú? ¿A cortar arboles para los folios de los apuntes? Culebra, ¿qué haces aquí?

Culebra: si quisiera que lo supieses pues te hubiera dicho que vinieras.

Yo. Pero ¿qué te pasa? Habíamos quedado en ser amigos.

Culebra: No, eso lo has dicho tu.

Y sin pensar.

Yo: Bueno, esperaba que al menos fueras sincero. Y no callarte y mentirme. Y salir por la puerta de atrás cuando has quedado en verte con alguien.

Culebra: ¿Para verme con alguien?

Yo: Sí. Con esa chica

¿Tenía pruebas? No. ¿Dudas? Algunas. ¿Lo dije sin pensar? Totalmente. Como todo lo que he dicho desde por la mañana. ¿Qué me pasa hoy?

Yo: Venga reconócemelo.

Culebra: Si te contesto, ¿me vas a dejar en paz?

Yo: Sí.

Culebra: Bueno, pues, pues sí T/n, me gusta otra chica, y bueno hemos quedado aquí en el bosque, para, para vernos a tus espaldas.

¿Tenía derecho a enfadarme? En absoluto. ¿Lo hice? Sí. Me di la vuelta para volver por donde había venido pero Culebra me agarro del brazo.

Culebra: Espera t/n.

Me agarró del brazo girándome hacia el, lo que me pareció una eternidad cuando en realidad solo habían pasado milisegundos.

Culebra: Lo siento T/n.

Yo: Espero que te vaya muy bien con esa chica. Me di la vuelta y empecé a andar sin mirar atrás.

Culebra: ¡T/n!

Ignorando sus gritos, volví a casa. Nerviosa no, lo siguiente. Entré en casa y justamente tenía que encontrarme con Julia.

Los protegidos y tú (Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora