Parte sin título 53

93 2 0
                                    

Lucas: Este dibujo lo he visto yo antes.

No respondo.

Lucas: Es el emblema de la vieja tienda de música del pueblo – responde tras unos segundos.

Me giro hacia él y me agacho a su lado para mirar lo que está buscando en su Tablet. Exactamente tiene el mismo dibujo que uno de los papelas que hay sobre la cama.

***

Antes de ir al cole, Lucas y yo nos pasamos por la vieja tienda de música. Abro la puerta con cuidado y entro, Lucas viene detrás de mí.

Yo: ¿Hola? ¿Hay alguien?

Poco a poco avanzamos por la tienda, que esta bastante sucia y tiene muchas cosas antiguas. 

Lucas: Anda, un piano – se acerca a él y toca algunas teclas.

Yo: Lucas, por favor, no toques nada. 

Lucas: Espera, espera – empieza a tocar la misma tecla varias veces.

Señor: ¿Quién anda ahí?

Lucas y yo nos miramos asustados ante esa voz. Un señor mayor y aparentemente ciego baja unas escaleras que hay al fondo.

Lucas: Perdone, señor, es que queríamos – el señor lo interrumpe.

Señor: El piano no está en venta. ¿Qué queréis?

Yo: No queríamos molestarle. Es que, bueno, traemos una partitura antigua que viene con el sello de su tienda. Y bueno, solo es un fragmento. Era por si podía verla. 

Él me tiende su mano y yo se la ofrezco, dejándola sobre su palma. Él empieza a tocar la hoja, pegada con celo por nosotros. 

Señor: ¿De donde habéis sacado esto?

Miro a Lucas, que niega con la cabeza para que no cuente nada, pero yo asiento. Él vuele a negar y yo vuelvo a asentir.

Señor: Vaya, os a comido la lengua el gato.

Él se aleja de nosotros con la partitura mientras tose y cierra la puerta con pestillo. Por instinto me pego a Lucas y ambos retrocedemos un par de pasos. 

Yo: ¿Qué quiere de nosotros? ¿Por qué ha cerrado?

Señor: Yo he preguntado primero. ¿Dónde habéis conseguido esto? – pregunta acercándose lentamente a nosotros, mientras guarda en su bolsillo la hoja.

Yo: Oiga, ¿qué hace? Devuélvame eso ahora mismo y abra la puerta.

Lucas: Eso, abra la puerta o llamamos a la policía – dice Lucas, poniéndome una mano en el hombro.

Señor: La policía no puede ayudaros. 

Lucas mira a su alrededor y encuentra un gramófono antiguo, coge la corneta e intenta darle con ella al señor, pero yo lo freno, poniéndole una mano en el pecho. El señor esta a centímetros de mí. 

Señor: Dime – insiste sonriendo – ¿Eres tú de verdad? 

Miro a Lucas, que asiente. No contesto. El señor empieza a levantar la mano para tocarme, Lucas hace un amago de darle con la corneta, pero le pongo una mano en la cara, impidiéndolo. Me iba a arriesgar, si con tal de eso descubría algo. Aunque no dejaría que me tocara indebidamente, no otra vez. Cierro los ojos, respiro hondo y siento como pone su mano sobre mi frente. Suavemente la toca, luego el pelo, siguiendo por las mejillas y las orejas. Abro los ojos y el señor sonríe.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 30 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Los protegidos y tú (Actualizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora