Capítulo 45: El sabor del Cristal roto.

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Después de mi desastroso fracaso en la misión, las cosas recobraron su curso, aun así existía una excepción: Lo que sucedió entre Steve y Yo.

Ya había pasado una semana desde el "incidente" y ninguno tenía deseos de cruzar caminos con el otro así que generalmente nos evitábamos, íbamos a lugares distintos y las pocas veces que coincidíamos era por una fuerza mayor o por pura coincidencia, en ambos casos manteníamos la distancia y nos marchábamos cuando tuviéramos la oportunidad. Ahora que lo pienso, quizás si hubiera reunido todo el valor para poder decirle que lo sentía, las cosas hubieran sido distintas, pero no fue así.

Además, tengo que admitir que sus palabras me habían herido y que esas heridas aun no sanaban, supongo que mis palabras tampoco habían sido muy amigables ese día. Sin embargo, solo era cuestión de tiempo para que la vida me diera otro golpe.

Era un jueves, la tarde había sido fría y nublada, nada favorable para mi precario estado de ánimo. Acabada de entrar a casa, pues Roth me había puesto a cargo de la publicación de esa semana, tenía mucho trabajo y dadas las circunstancias, mucho mejor para mí, al menos tenía una excusa para evadir mis responsabilidades en S.H.I.E.L.D.

Deje las compras sobre la mesa de la cocina, llene un vaso con agua y me senté descalza en el sillón.

Mi teléfono inicio a vibrar con insistencia dentro del bolso, confusa observe el número de Jess en la pantalla.

-¿Jess?- pregunte algo desorientada.

-Hija.- dijo la voz de mi madre al otro lado de la línea. No era necesario verla, su voz sonaba trémula y cargada de dolor. No era buen prefacio.

-¿Mamá?- pregunte tomando el vaso entre mis manos- ¿Qué sucedió?

-Ha sido terrible- soltó mi madre con pesarosos sollozos.

"Papa"- fue el primer pensamiento que se cruzó por mi mente.

-¿es papa? ¿Qué paso?- pregunte esta vez mas alterada, me puse de pie y fui a la cocina. Odiaba que mama diera tantas vueltas antes de decirme lo que sucedía.

-Tu padre está bien, es Jess, ella...- esta vez perdió la calma y su voz se quebró por completo estallando en llanto- Verónica, Jess está muerta.

En ese momento el cristal resbalo por mis dedos y callo en el suelo con un enorme estallido, sentí como algo dentro de mí se retorcía y estrujaba, trate de decir algo, pero las palabras se quedaban en mis labios. Tenía que ser una broma, mi hermana no podía estar muerta. Sentí una sensación apremiante y pegajosa en los pies, algunos trozos de vidrio me habían cortado los pies e hilillos de sangre corrían entre mis dedos.

"No Jess no, no puede estar muerta es mi hermana"- pensaba mientras las lágrimas se escapaban por sí mismas y caían por mis mejillas.

-¿Co...?- tartamudeé- ¿cómo sucedió?

- Un choque en el auto, estaba lloviendo, los frenos fallaron y hubo un choque ...- nuevamente los sollozos de mi madre me confirmaron que no se trataba de ninguna alucinación.

-¿Cris? ¿Él lo sabe?- fue lo único que pude decir.

-No, le diremos cuando llegue con la tía Bonnie, tuvimos que dejarlo allí cuando nos llamó la policía.

Aun no podía creerlo, pronto inicié a llorar con fuerza, mi madre trataba de consolarme, era inútil, estaba destruida.

-Mañana iré a casa- fueron mis últimas palabras antes de colgar.

Me senté en el sillón y observe todo a mí alrededor, estruje el teléfono entre mis manos y lo lance con fuerza sobre los cojines.

"esto no está pasando"- pensé mientras iniciaba a chillar y a llorar con fuerza.

Código York . (Capitán américa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora