Código York . (Capitán américa )

Capítulo 61: ÉL.

Subí al auto y con explicaciones confusas guíe al conductor hasta la zona donde se hallaban las fabricas abandonas, pagué la cuenta y esperé a que el auto se marchara rumbo a los suburbios neoyorquinos para entrar en la enorme fabrica donde una vez seguí a Nat.

Estaba realmente nerviosa, no sabía que podría esperarme tras esa puerta, quizá y en el peor de los casos al mismísimo Nick Fury pidiéndome que me marchara o a un grupo de guardias dispuestos a impedirme el paso. Sin embargo, nada de esto sucedió, pude entrar allí con la misma facilidad que la primera vez, así que, con ánimos renovados me dispuse a avanzar con paso decidido por los sólidos pasillos de la base.

Iba rumbo hacia la enfermería, mientras preparaba una pequeña premisa para excusarme si alguien me veía husmeando por allí sin autorización, hasta que la voz de un par de agentes distrajo mi atención.

- ¿Escuchaste que el Capitán Rogers está de vuelta?

-Sí- respondía una voz juvenil, proveniente del joven al lado del primer agente- también escuché que no deja de preguntar por esa chica. La que hizo estallar esa nave en pedazos. Deben de estar bajándolo del Jet que pilotaba Barton.

Después de eso... nada. Sus pisadas únicamente indicaban que se habían alejado lo suficiente para que no pudiera escuchar su conversación. Las palabras del agente más joven rondaban por mi cabeza, con eso había querido decir que Steve estaba consciente y que preguntaba por mí. De manera casi que inmediata sentí una opresión en el estómago, estaba ansiosa, tenía muchas ganas de verle. Aferré con fuerza mi bolso y corrí hacia el hangar.

En cuanto llegue observe a un enorme grupo, conformado por enfermeras, paramédicos, Fury, los vengadores y otro montón de agentes que le daban una efusiva bienvenida a Steve, quien iba acostado en una camilla, con el uniforme sucio, desgarrado y manchado de sangre, la visión de la escena me conmovió, era como observar a un veterano de guerra regresando a su país o algo así, solo pensaba en correr y estar a su lado en medio del gentío. Intente pasar, pero ahora lo que parecía una comitiva de bienvenida se había transformado en un muro humano que no me permitía llegar a mi objetivo.

Exasperada inicie a empujar y gritar que se apartaran, pero el trabajo resulto ser lo bastante agotador y poco efectivo, pues mientras apartaba a unos, otros ya se posicionaban al frente, impidiéndome el paso. Finalmente me lance al suelo e inicie a andar a gatas entre las piernas de los que conformaban la multitud, al parecer daba resultado, pues al final a pesar de recibir unos cuantos pisotones logré llegar a un punto cercano por donde pasaba el grupo de paramédicos, llevando a Steve en la camilla.

Lo mire y con los ojos desorbitados por la emoción de verlo con vida inicie a gritar.

- ¡Steve! ¡Soy yo! -dije mientras agitaba la mano a modo de saludo. Al parecer no funcionaba así que eleve el tono de mi voz.

¡Por fin lo había conseguido! En ese mismo instante Steve dirigía confuso y movía con dificultad la cabeza en la dirección de donde provenían mis gritos. Sonreí como hubiera sonreído la esposa de un marino que no le hubiera visto en años y justo cuando vi un asomo de sorpresa en su mirada, rápidamente unas manos me alejaron abruptamente del gentío.

- ¡¿Pero ¡¿qué...?!- grite furia al reconocer a Nat y a Tony.

- ¿Qué haces aquí? - me pregunto repentinamente Tony.

- ¿Cómo que hago aquí? ¿acaso no es evidente? - dije señalando hacia el centro del tumulto.

-Te dijimos que esperaras en casa- me reprendió Nat.

-Lo siento, solo que no podía esperar- dije muy molesta- y ahora si me disculpan, debo irme...-hice ademan de marcharme otra vez hacia la multitud, pero ambos me cerraron el paso.