Los minutos de soledad no duraron mucho, me aleje dos cuadras de casa y termine perdida en medio del tráfico matutino, la jaqueca era cada vez más frecuente y el ruido de las calles de Manhattan incrementaban el retumbar de mi cabeza, seguí con mi destino hasta que el dolor se hizo tan fuerte que tuve que regresar a casa.
-Buenos días- dijo Steve poniéndose el jersey.
-Hola- dije quitándome el abrigo- creí que hoy harías tú el desayuno.
-Cuando desperté no estabas así que supuse que lo traerías tú.
-Que gracioso- rodé los ojos- no estoy de humor- dije llevándome la mano a la cien.
-¿Estas bien?- preguntó dándose la vuelta y fijándose en mi aspecto, se acercó a mí- estas pálida.
-Es una simple jaqueca- me tumbe en el sillón y cerré los ojos.- ¿Podrías pasarme una píldora?
Él sólo asintió y se dedicó a buscar las píldoras entre los cajones de la mesilla de noche. Cuando las encontró se volvió hacia mí, me tome un par de cápsulas y me quede allí tumbada. Sonreí al ver que Steve se resignaba y se dirigía hacia la cocina, después de todo, estar enferma tenía una ventaja.
Después del desayuno, resolvimos que lo mejor sería que fuera a S.H.I.E.L.D pues Steve insistía en que mi jaqueca no era normal, trate de disuadirlo de la idea y que nos quedáramos en casa pero no me hizo caso así que a medio día me llevo al laboratorio de Tony y Banner.
Cuando llegamos no había nadie por allí, por lo que resolvimos esperar a Tony.
-Deberías dejar de ser paranoico- dije abrazándole por la espalda.
-¿Paranoico?- preguntó alzando una ceja.
-No hagas eso- dije con una sonrisa boba.
-¿Qué? ¿Esto?- imitó el gesto anterior.
-Sí, ese- me acerque y le di un beso. Nos quedamos abrazados hasta que escuche una voz a nuestras espaldas.
- Par de tortolitos- se burló Stark entrando en la sala con una manzana en la mano.
Me separe de Steve y miré a Tony resentida por lo del día anterior, simplemente guarde silencio y Steve inicio a contarle todo sobre mí, la jaqueca y por alguna extraña razón lo del espejo del baño.
Tony observaba a Rogers y de vez en cuando me dirigía una mirada rigurosa y estudiosa, como si meditara qué podría ser la causa de mi enfermedad, sin embargo, cuando Steve hubo terminado su historia hasta los hechos más recientes, Tony frunció el ceño, se acercó a mí y posó una mano sobre mi frente.
-No, no tienes fiebre- resoplé.
-No he venido a verte por que tenga o no fiebre- repliqué con un tono de angustia en la voz, la mirada examinadora de ambos hombres sobre mí no lograba más que incomodarme.
-¿No sabes ser paciente?- preguntó Tony, irónico, sin duda para alivianar el ambiente.
-Al parecer no- respondió Steve con una sonrisilla, rodé los ojos, sin evitar sonreír.
-Cómo sea, parece que tenemos algo pendiente Mcgouth- sin saber el porqué, la voz de Tony me sobresalto.
-¿A qué te refieres?- dije mirándolo fijamente.
-Steve- Stark tenía la mirada clavada en él- ¿te importaría?- con un gesto amable señalo la puerta.
-Te espero afuera- la voz de Steve era suave, casi que melódica, respire con dificultad. La situación hizo que me pusiera tensa, a partir de todo lo que había sucedido, cualquier cosa era posible.
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Código York . (Capitán américa )
Fanfiction15 de Enero de 2014. A continuación, daré una breve presentación acerca de quién soy. Mi nombre es Verónica Mcgouth, soy estadounidense, de una ciudad llamada Holocomb, ubicada en el condado de Finney, Kansas. Nací y me crié allí, sin embargo, nu...