Epílogo.

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Ya había pasado un año exactamente desde la boda de Max y Caroline. Ahora, faltaba exactamente una semana para la mía, era increíble la velocidad con la que el tiempo pasó durante ese año. A decir verdad, fue un gran año, acudí a varias misiones, me consagré como jefe de edición en el diario y lo mejor de todo era que Steve y yo pasábamos la mayoría del tiempo juntos. La cuenta regresiva para el gran día había comenzado.

Por cuestión de preparativos habíamos viajado a Kansas, pues la boda se llevaría a cabo en la propiedad de mis padres, no puedo decir que haya sido una decisión unánime, pues mi padre y Steve insistían en que se realizará en Kansas mientras que mi madre y yo elegimos Nueva York, finalmente, quien dio el voto decisivo fue Cris al votar a favor de Kansas.

- "Al menos ya tenemos el lugar"- dijo Steve mientras se encogía de hombros, una noche que fuimos a comprar unas cosas al pueblo.

-Supongo- me reí.

- ¿De qué te ríes?

-De nada, es irónico. No sabes lo mucho que deseé irme y míranos ahora, vamos a casarnos justo aquí.

-Para mí está más que perfecto, no importa en donde estemos, la cosa es...

-que estamos juntos- dije para terminar la frase. - después de todo es bueno darnos un respiro. – sonreí ampliamente, mientras aparcaba en frente de la casa.

Una tarde, me encontraba en el pórtico, miraba la pradera, algo más al fondo el lago que tomaba un color azulado, reflejando el cielo azul y algo hacia el este los cultivos de trigo y maíz, que reflejaban la luz del sol de media tarde, dándole a todo el panorama una tonalidad dorada. Y al final, casi como desapercibida una mancha surcaba el paisaje, era de un color escarlata, algo familiar. Era mágico, supongo que aquellas cosas eran las que me mantenían unida a ese lugar, a mi hermana, a mi familia y a Sam... esa era la verdadera yo. Seguí perdida en mis pensamientos hasta que la voz de Steve me tomó por sorpresa

- ¿En qué piensas? - dijo Steve abrazándome por la espalda para darme un beso en la mejilla.

-Nada en especial solo pensaba en mis padres, la boda, tú, yo. - dije girándome para verlo a los ojos, con esa mirada profunda que me encantaba.

-Tengo miedo. - admití moviendo un poco las manos.

-Igual yo, pero ¿sabes qué? estaré contigo y esa es la mejor parte.

Hablamos un rato sentados en las mecedoras del pórtico mientras observábamos el atardecer, él me tomo de la mano donde llevaba puesto el anillo y deposito un tierno beso en ella.

Días más tarde, finalmente había llegado el gran día, todo parecía de ensueño. La boda se realizó junto al lago en donde solía jugar con Jess de niña, papa me llevó junto con Cris al altar en donde se encontraba Steve, vestido de traje, se veía maravilloso. Cuando estuve a su lado y se iniciaba la ceremonia susurró en mi oído:

- ¿Recuerdas que te he dicho que te ves hermosa?

Asentí.

-Pues bien, olvida todo eso. Hoy te ves como la novia más hermosa. - me reí. - y no lo digo por que seas casi mi esposa, sólo te hago un cumplido.

- Tú te ves bien, para ser un soldado Rogers. - instintivamente busqué su mano y la apreté con fuerza.

Al final de la ceremonia, pasamos a la recepción que se llevó a cabo al aire libre. Baile con la mayoría de los caballeros mientras que Steve tenía una larga lista de chicas que se morían por bailar con el novio, entre ellas amigas de la secundaria, primas y colegas. Yo solo lo miraba divertida desde lejos mientras luchaba por lograr estar a solas conmigo, pero cuando terminaba un baile llegaba alguien más.

Estaba bailando con mi padre hasta que Steve se acercó a él.

- ¿puedo? - dijo extendiéndome una mano.

-Claro- dije sonriéndole a mi padre, mientras cambiaba de pareja con Steve.

Cuando su mano se encontró con la mía me dio un leve jalón para acercarme a él.

- ¿Te gusta la fiesta? - dijo mientras bailábamos.

-Me encanta ¿Por qué? Por lo que veo tu eres uno de los galanes principales- reí.

-Lamento decírtelo, pero tenemos que irnos.

- ¿de qué hablas? - dije risueña.

-Ya verás, vamos, escapa conmigo- pronuncio estas palabras como si quisiera que le siguiera el juego.

- ¿qué dirá mi esposo? - dije oponiendo resistencia, tratando de no reírme.

-Es un gran tipo y no olvides apuesto- sonreí- de seguro no le importará.

Cuando nos alejamos de la fiesta avanzamos hasta llegar a la casa y allí estaba Cris, esperándonos. Antes de que dijera algo, el niño se acercó, me dio un fuerte abrazo y luego le entregó un objeto metálico a Steve.

-Gracias Cris- dijo Steve acariciándole la cabeza- ahora ve a dormir. Cris se despidió y obedeció.

-Nos fugamos de nuestra propia boda.

-algo así.

Cuando llegamos a la parte delantera de la casa vi estacionado un coche. Subimos y cuando el auto se puso en marcha salimos de la propiedad.

- ¿Adónde vamos?

- Ya verás.

Cuando el auto se estaciono, observe una bonita casa de campo.

- ¿Steve que es esto?

-Necesitamos un lugar para nosotros ¿no? - se limitó a decir él- ¿me harías el honor? - dijo rodeándome con los brazos.

-Pero... ¿qué haces? - grite mientras me levantaban en brazos.

-Bienvenida a casa Señora Rogers. - en ese momento me entregó el objeto que Cris le había dado, era una llave, la llave de nuestra casa.

Cuando me dejo en el suelo lo mire conmovida.

-es hermoso, es... perfecta. - me lacé a sus brazos y lo besé.

El correspondió a mi beso y se quitó la chaqueta, luego se apartó y avanzó por la casa hasta que encendió la chimenea y un viejo tocadiscos que en medio de la moderna habitación desentonaba.

Nos sentamos junto al fuego y escuchamos en silencio la música. Me acerqué a él, pues aun llevaba puesto el vestido y la enorme falda cubría la mayor parte del suelo.

-Te amo- dijo el mientras me acercaba más a él.

-Yo a ti- susurré sobre sus labios.

Nunca había sido tan feliz, por fin encontraba quien era realmente y estaba con el hombre que amaba. Esa noche, con nosotros sentados en el suelo con la chimenea enfrente en medio del salón, la falda sobre la alfombra, como trazando un camino de nieve, era igual que un cuento de fantasía. Esa fue la primera de muchas noches y mañanas de una nueva vida. Una vida donde, había encontrado las respuesta a todas mis preguntas, una repuesta que se resumía en un nombre. Misión: Código York.

Fin.


Hola! Bueno, ya hemos llegado al final de la historia, espero que la hayan disfrutado, pues esta historia es más del quien la lee que del que la escribe. Quiero agradecerles por todo su apoyo durante este largo recorrido, por su paciencia (tanto con la historia como conmigo), por sus votos y comentarios, los cuales valoro mucho y que a lo largo de la historia me ayudaron a continuarla. 

¡Gracias de verdad!

También a algunas personas que me ayudaron un montón LisaOWAnneGarcia87 ,YalimarVillavicencio y alejalo09. Gracias por toda la ayuda.

Esta es mi primera novela finalizada, ojalá la hayan disfrutado tanto como yo. Por el momento, espero poder iniciar un nuevo proyecto pronto. 

Hasta entonces (:


Código York . (Capitán américa )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora